Daryalha, Monna Moh, Saluca, Sueilca y Mohamed no podrán olvidar las semanas que han convivido en los Centros de Recursos Educativos (CRE) de la ONCE de Barcelona y Madrid. Sus ganas, su entrega, su generosidad, su ánimo por aprender, su alegría y su capacidad de superación son las huellas que nos han dejado como regalo.  Ellas son profesoras de los equipos docentes de los asentamientos saharauis de Smara, Auserd, Aaiun, Bojador y Dajla, y él, Mohamed, el coordinador del proyecto. Todos son especialistas en la educación de niños ciegos y deficientes visuales en los Campamentos de Refugiados del Sáhara.

"Antes, los alumnos con discapacidad se quedaban en sus casas ¿Qué otra cosa podían hacer? Ahora, tenemos a chicos y chicas que han superado la secundaria. Y algunos de ellos con calificaciones muy brillantes". Quien habla es Daryalha. Lo hace con conocimiento de causa. Cuando era una niña disfrutó de unas vacaciones sociales en nuestro país durante un verano. Ahora, trabaja como maestra. Para el resto de la expedición era su primera visita a España. 

En un medio tan inhóspito como el pleno desierto, con tantísimas adversidades naturales y sociales, mucho más que en la mayoría de los países en vías de desarrollo, "encontramos unos niños ciegos que han logrado tener esperanzas de futuro", asegura. El milagro de este ejemplo de cooperación internacional es el trabajo. El trabajo y la dedicación que pusieron hace más de una década profesionales del CRE de la ONCE en Barcelona, con la intermediación de la oficina de Relaciones Internacionales de la organización. Nuestros compañeros se desplazaron varios años a las tierras del desierto para sembrar la semilla, cuyo fruto son ahora cinco escuelas y más de 100 niños escolarizados. Se han podido construir gracias a la colaboración directa de la ONCE, desde hace más de 10 años. Nuestra organización aporta conocimientos y material escolar. Y no sólo eso, también alimentos y otros recursos.

La ONCE y su Fundación, desde hace casi 10 años, forma parte de una Mesa de Coordinación de Proyectos de diferentes entidades y asociaciones catalanas, de la Comunidad Valenciana y de Madrid, que se responsabiliza del funcionamiento de estas escuelas y de la formación de los docentes. Los compromisos de la Organización abarcan todo el espectro de la vida educativa de los niños ciegos, desde el mantenimiento de las instalaciones y del mobiliario hasta la alimentación y el transporte de los alumnos para garantizar su asistencia a clase. 

La ONCE financia también el trabajo de sus maestros que, año tras año, se desplazan a los campamentos para proseguir con la cualificación de los docentes locales. Igualmente, ha realizado toda la dotación de materiales de lectoescritura en braille, de baja visión y  de entretenimiento.

El objetivo de futuro es conseguir la educación inclusiva para que todos los niños y las niñas estudien en un entorno de normalización. Daryalha, Monna Moh, Saluca, Sueilca y Mohamed han podido comprobar en primera persona cómo es la educación integradora que se imparte en España. Han visitado escuelas ordinarias y han compartido aula con chicos y chicas de aquí para ampliar su preparación en tiflotecnología, manualidades y música, entre otras materias. 

Los maestros saharauis nos han acompañado varias semanas. Han participado también en actividades de formación en ceguera y baja visión y en las diferentes etapas evolutivas y educativas, especialmente, atención precoz, educación primaria y educación secundaria.

Ahora, regresarán a sus escuelas. En nuestros corazones nos dejan su sonrisa y su ejemplo, el ímpetu por seguir enseñando a niños ciegos en un territorio en el que no hay casi nada. Nosotros, hemos tratado de darles toda la ilusión para que su labor sea mejor y más visible cada día.

Y todo nace de un "cuponcito", que también llega hasta el Sahara.

Así lo contaron en España Directo de RTVE