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En este singular curso académico 2020-21, la UNESCO celebra el Día Internacional de la Educación pensando en el futuro, escogiendo para ello el lema ’Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19’.
La educación es un pilar esencial en la configuración de la sociedad en la que vivimos y debe incluir a todos y todas, creando oportunidades que optimicen el desarrollo social de los estudiantes.
Hablar de educación inclusiva no es solo considerar una educación centrada en las personas con discapacidad. Es, sobre todo, considerar una educación que no discrimine a nadie. Una educación en valores que capacite al individuo para que se desenvuelva de forma plena y autónoma en la sociedad, más allá de posibles limitaciones y obstáculos.
En este sentido, el Concurso Escolar del Grupo Social ONCE lleva 37 ediciones siendo el programa escolar de referencia en materia de sensibilización educativa, acercando a los estudiantes a las diversas realidades que están presentes en la sociedad y favoreciendo su empatía y solidaridad.
Desde el Concurso Escolar ONCE compartimos el lema propuesto por la UNESCO, en un año en el que hemos visto cómo ‘la nueva normalidad’ ha dado paso a una nueva forma de entender la educación, en la que los procesos de enseñanza y aprendizaje han virado hacia lo tecnológico y digital.
Conscientes más que nunca de que este siglo XXI es el de la era digital, el Concurso Escolar del Grupo Social ONCE dedica esta 37 edición a las nuevas tecnologías, teniendo en cuenta la nueva realidad educativa y el contexto virtual en el que se mueve la infancia y la juventud.
Bajo el lema: “ConexiÓN / AdicciOFF. Esto no es un juego”, el concurso invita a participar a todos los centros educativos españoles a creando una gran campaña de sensibilización con mensajes que ayuden a realizar un uso responsable de las nuevas tecnologías y no un abuso que pueda conllevar riesgos y consecuencias no deseadas.
La comunidad educativa conoce bien el concurso, ya que desde su primera edición han participado más de 5.950.000 alumnos y alumnas de toda España. En todos estos años ha contribuido a que escolares de Educación Especial, Primaria, Secundaria y FP, comprendan el valor de la diversidad, para que, cuando sean adultos, sepan abordar las diferentes necesidades y otras realidades y perspectivas que configuran la sociedad.
Por ello desde el Grupo Social ONCE y el Concurso Escolar queremos contribuir a configurar una sociedad plenamente inclusiva donde la educación sea el verdadero motor capaz de enriquecer a todas las personas.
Equipo Concurso Escolar Grupo Social ONCE
Cuando nació Bárbara, autora de este relato, era tan pequeña, tan pequeña, que su padre dijo de ella que era como una molécula. Siempre, y de forma exclusiva, la llamó así. Han transcurrido desde entonces cuarenta y seis años, y desde la autoridad que me dan, manifiesto y, si es necesario, ratifico ante notario, que cada día estoy más de acuerdo con una norma básica de mi filosofía vital, que cuelga en lugar preferente del museo de mis principios: «Los derechos humanos no son un cuento».
La esperada criatura tenía ganas de empezar a vivir y, cumplidos los nueve meses de permanencia en habitáculo tan dulce y divertido como era el vientre de su madre, salió a la luz, a la hermosa luz de los días. Fue niña y nació ciega, consecuencia de la rubeola que padeció su madre en el quinto mes de embarazo. Este hecho, tan importante en la modelación de su existencia, no se supo hasta el quinto mes de su vida, en que, frente a exámenes previos de puericultores y ginecólogos, su abuela paterna sentenció llorando: «Esta niña no ve».
Era febrero de 1975 cuando don Buenaventura Carreras, con su sabiduría y su esfuerzo, logró convertir la ceguera en visión muy defectuosa. Esta transcendente circunstancia nunca fue un problema insalvable para Bárbara, nombre elegido muy acertadamente por su madre. Ver poco y mal fue siempre lo normal para ella, que no conocía otra forma de ver. Y normal fue también el trato que sus padres valientes quisieron y supieron darle: una más de las cuatro hermanas, que fueron y siguen siendo. Ni más, ni menos.
Era como su madre, inquieta y muy curiosa. Necesitaba acercarse mucho para ver las fotos, leer los libros, ver lo escrito en la pizarra... Para ella, si la letra era de un tamaño grande, mucho mejor; pero casi nunca era el caso, las letras eran como tenían que ser. Le gustaba ir al cole, estar con sus amigas, y en lo relativo a las notas, como a cualquiera a esas edades, había que aprobar, y lo hacía holgadamente, con mucho esfuerzo, más visual que intelectual, y para asombro de don Buenaventura, quien, hombre de su época, había pronosticado y aconsejado que aquella niña tenía bastante con «las cuatro reglas».
Bárbara no perdió nunca un curso, pese a las muchas intervenciones quirúrgicas en su ojo izquierdo, que terminó perdiendo definitivamente a los 12 años: EGB, BUP, COU, Derecho. Viajó sola a EE. UU. e Inglaterra. Después, varios másteres, hablaba inglés y en 2018 se graduó en Políticas por la UNED, al tiempo que trabajaba defendiendo los derechos políticos, civiles, económicos, en definitiva, humanos, de las personas con discapacidad en la Unión Europea a través de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), a la que pertenece de forma entusiasta.
Para ella, querer es poder, y siempre ha querido mucho en todo lo que se propone, porque le gustan los retos. Es luchadora, cabezota y en lo más profundo de su ser se siente una privilegiada. Gracias a su discapacidad visual del 76 % ha podido hacer cosas que jamás hubiera podido hacer, ir a lugares a los que nunca hubiera ido y conocer gente lejana con la que no hubiera podido relacionarse. Fue entonces cuando asumió el reto de defender los derechos de las personas con discapacidad. Ella era una más de la legión que las padece, y desde ese foso hondo y oscuro conocía de verdad sus necesidades…(…)
La Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad (CDPD) constituyó un punto de inflexión para la comunidad internacional en generaL. adoptada en 2006, es el primer tratado vinculante de derechos humanos del siglo XXI, que nos permite, por fin, poder gozar de un trato digno e igual y ser tenidas en cuenta en el diseño, desarrollo, ejecución y evaluación de las políticas a todos los niveles y en todos los ámbitos, incluida la cooperación al desarrollo…(…)
Al padre de la Molécula le gusta decir que su discapacidad visual le ha hecho desarrollar sus otros sentidos hasta límites insospechados, y es verdad. Pero ella prefiere pensar que lo que más ha desarrollado es su necesidad de defender el acceso a la información en formatos accesibles, como proclama el artículo 9 de la CDPD. Y es que, según la Unión Mundial de Ciegos, cerca de 253 millones de personas en todo el mundo son ciegas o deficientes visuales. Para todas ellas, si la información no es accesible (en braille, texto ampliado o en audio) no solo no les aporta nada, sino que la convierte en una barrera infranqueable para poder desarrollarse como individuos solo por el hecho de no ver bien. El acceso a la información significa tanto como el acceso a la cultura y a la educación, y, con ambas, al empleo. La carrera de la igualdad de condiciones con los demás es equivalente al triunfo en la etapa reina del Tour. Es, nada más y nada menos, que sentirse uno más, en derechos, obligaciones e igualdad de oportunidades.
El sistema braille fue la obra genial de un ciego, Louis Braille, quien proporcionó a los ciegos una herramienta eficaz para leer, escribir letras y números, símbolos y partituras. Con el braille se accede a la información de forma autónoma, pero se requiere como condición sustancial producir las obras en braille, lo que, desgraciadamente, no es posible en muchos lugares del mundo. Habría que esperar dos largos siglos, desde la invención del braille, para que empezara a construirse el camino y que llegara el segundo gran hito en la historia del desarrollo de las personas ciegas que permitiera compensar la carencia en el acceso a la lectura. Ocurrió con el Tratado de Marrakech para facilitar el acceso a las obras publicadas a las personas ciegas, con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso (…).
Quiso el destino, y algún otro factor menos caprichoso, que Molécula terminara participando en primera persona en las negociaciones del Tratado de Marrakech y aplicando la calma Gandhi lo logró: «Primero te ignoran, después se ríen de ti, después te atacan y, al final, vences». El padre de la Molécula observa complacido cómo su hija, ya grande, jovial y llena de la energía que siempre tuvo, celebra cada nueva ratificación del Tratado como si fuera la primera…Bárbara, por su parte, se siente muy satisfecha. Ya no concibe su vida sin el joven Tratado de Marrakech (7 años), convencida de que fue testigo de un milagro.
Bárbara Martín Muñoz
Impulsora del Tratado de Marraquech,
Vicepresidenta de la Unión Europea de Ciegos (EBU)
Extracto del relato finalista del certamen de escritura de la UNED “Los derechos humanos no son un cuento”, de Bárbara Martín Muñoz, mujer española impulsora destacada de la firma del Tratado de Marraquech para el intercambio mundial de libros accesibles entre personas ciegas sin riesgo de incumplir derechos de autor. En el mundo hay cerca de 285 millones de personas ciegas (según la Unión Mundial de Ciegos) que necesitan el braille, el texto ampliado o una síntesis de voz que les lea pantallas o libros. No poder acceder a la información supone no poder acceder a la educación, a la cultura, y por ende, al empleo. Gracias al Tratado de Marrakech han empezado a incrementar el número de obras en formatos accesibles a las que acceden, disminuyendo, al menos en parte, la hambruna de libros que padecen.
Consultar aquí el texto completo
“2020 será un año que nunca olvidaremos. Nos hemos enfrentado a uno de los retos más complicados que hemos encontrado como sociedad. Pero esto nos ha servido para unirnos a todos ante la adversidad y nos ha enseñado que en estos momentos es cuando todos podemos ofrecer lo mejor de uno mismo.
Por eso, desde el Grupo Social ONCE hemos querido rendir homenaje a todas esas personas, con y sin discapacidad, que lo han dado todo para sobreponerse en los momentos más duros, que han luchado, colaborado, ayudado y entregado lo mejor de sí mismas para intentar hacer un mundo mejor, más bonito.
La campaña se inspira en la letra de la canción “Bonito”, del cantante Pau Donés.
En ella, el locutor recita los versos que nos hablan de esa gente maravillosa que nos rodea. Personas que están ahí, en nuestro entorno más inmediato, tanto laboral como personal, y que son una fuente de inspiración y un ejemplo por su actitud ante la vida, ante los retos y dificultados. Este año, muy especialmente, hemos aprendido que cuando damos lo mejor de nosotros mismos contribuimos a que la sociedad avance. Y ese es un empeño personal que todos, personas con y sin discapacidad, hemos abordado con una sorprendente determinación. Probablemente más que nunca hemos dejado de lado nuestro yo para pensar más EN y POR los demás.
“Bonita la gente que no se detiene... bonita la gente que escucha, que entiende, que tiene y que da…”
¡Qué mensaje tan emotivo y tan revelador!
“Bonita la gente que quiere avanzar, bonita la gente que a todo hace frente, que quiere ayudar…”
Estas palabras, el mensaje de la campaña en definitiva, condensan los valores y los principios que animan al movimiento y a los colectivos de la discapacidad que, aunados por el Grupo Social ONCE, se suman al propósito de dar lo mejor para que, entre todos, sin excepción, aportemos todo lo que llevamos dentro. Haremos así un país mejor, más solidario, más generoso, más inclusivo. Como dice el slogan de la campaña, haremos “un mundo más bonito”.
Campaña 'Bonita La Gente'
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Contenido - Acerca de la ONCE
Acerca de la ONCE
El compromiso de la ONCE es hacer realidad las ilusiones de miles de personas con discapacidad y de sus familias. Y todo ello (educación, empleo, accesibilidad, nuevas tecnologías, ocio, deporte...) lo logramos gracias a la solidaridad de la sociedad española que, día a día, año tras año, confía en nosotros, acercándose a los vendedores de la Organización y al resto de establecimientos autorizados para la venta de nuestros productos, conocedores de nuestra labor, sabiendo que, si nos necesita, en la ONCE y su Fundación, estaremos a su lado.
Y todo ello lo hacemos con la garantía de ser la única marca en España con el sello de Juego Responsable, con las certificaciones nacionales e internacionales más severas, y que sólo la ONCE ha alcanzado en el ámbito del juego, un aval más de la integridad de nuestra gestión.
Para más información: www.once.es