¡Hola! Mi nombre es Corina, y estoy escribiendo este texto rodeada de los más de cien libros en braille que tengo en la biblioteca de mi casa. Os preguntaréis: ¿cómo puede tener tantos libros? Yo a veces también me lo pregunto. Siempre me han dicho: "si sigues trayendo libros a casa, tendrás que irte tú. O entras tú, o entran ellos". Pero bueno, a mis 28 años, habiendo llenado muchos estantes, habiendo elegido libros para regalar, sigo encontrando la manera de que entremos todos. Hay de todo: de historia, de fantasía, de ficción, teatro, novela, poesía... Y no, no me los he leído todos. Ya me gustaría.
Pero aquí en mi casa, no solo hay libros en braille. También hay libros en tinta, marcados en braille, mapas en relieve, dibujos de mis hermanos, con su explicación en braille a modo de guía... En esta casa, el braille y la tinta viven en armonía.
Por eso yo, siempre que me preguntan, digo que el braille hace libres a las personas ciegas o con discapacidad visual. Porque con él, somos uno más.
-Cory, ¿has visto mi libro de matemáticas? -dice mi hermano un día que estoy con él en su casa haciendo los deberes.
-Lo tienes aquí encima de la mesa -le respondo yo mientras leo lo que en su portada pone en braille: "matemáticas".
Y así, con todo. El
braille siempre me ha gustado porque te hace ser una más, y eso es por lo que, desde la
ONCE, luchamos. Por incluirnos en la sociedad, como lo que somos, personas.
Soy la promotora de braille de Galicia, de personas adultas, y coordinadora de los clubs braille. Por supuesto, soy itinerante. ¡Menos mal que me gusta viajar! Durante cinco días a la semana, estoy en lugares diferentes. Acudo a donde se me pide, llevando el braille por toda nuestra región. Yo viajo, y esos seis puntos que nos hacen libres, también viajan a conocer a muchas personas, y a quedarse para siempre, con nuestra gente. Tengo usuarios ciegos totales, con discapacidad visual severa, pero también con baja visión, por supuesto. Porque el braille no solo es para alguien que no puede leer en tinta, y el braille no solo sirve para leer. El braille es juego, es seguridad, es cultura, es autonomía, y es inclusión.
Siempre me acuerdo de mi mejor amiga del colegio, que aprendió braille a sus ocho años conmigo, que no tiene ninguna discapacidad visual, y que leía aquellas historias por la noche, con la luz apagada, para que sus padres no supieran que estaba leyendo. ¡Aquellos momentos de relax en la terraza, aquellas risas en familia cuando leías un libro y al ser tan grande terminaba una parte de él sobre el que estaba a tu lado en la cama o en el sofá, las anécdotas de tus amigos acerca de cuándo se recibían las cartas de otros amigos de lejos en aquellos tiempos que no había whatsAppp… esa ilusión al abrir las cartas … y ese sentimiento único al ser tú el que leías esos queridos seis puntos. Era tu secreto. El braille es amistad, familia. El braille es empatía.
No solo leemos un libro. Siempre busco hacer el aprendizaje de la forma más dinámica posible, utilizando lo que a la persona le interese. ¿Para alguien que hace muchos trámites? Empezaremos aprendiendo a utilizar el braille de los ascensores. ¿alguien que tiene un nieto? Vamos a leerle un cuento a nuestro niño. Tus dedos conectarán con el papel, y viajando, harán volar tu imaginación por mundos únicos y especiales. Jamás nos olvidemos de los medicamentos, ni del color de la ropa... Ni del parchís... Ni de, como no puede ser de otra manera, querer escribirle a alguien algo, y que sea de tu puño y letra.
Mucho tacto. Tocamos mucho, jugamos mucho más. Nunca hay que perder el niño que llevamos dentro. Y es que eso abrirá el sentido del tacto, para después utilizarlo en nuestro día a día. La concentración, la memoria, la coordinación... Todo se ejercita jugando, riendo, consiguiendo que el jefe de la agencia de Pontevedra me diga... Cory, ¿pero qué estabais haciendo esta mañana con ese lío? Con un tono que me hace sonreír. Y es que ahí está la satisfacción de ver cómo nuestra gente se supera, disfruta, y le hace frente a las adversidades en grupo, con amistad, acogiendo entre sus manos estos seis puntos.
Quiero seguir creciendo. Y quiero que mis adultos sigan creciendo conmigo, leyendo, escribiendo, marcando su ropa, sus libros, jugando, utilizando los medicamentos, los ascensores, enviando un mensaje por el teléfono más rápido que alguien que ve... ¡tendríais que ver lo competitivos que llegan a ser algunos!
Pretendo llevar el braille a toda la gente que le interese y más allá, difundiéndolo y dándolo a conocer, porque es lo que, no me cansaré de repetir, nos hace libres. Quiero asegurarme de que el braille y la tinta vivan en armonía, para que las personas con discapacidad visual, puedan ser iguales: que se considere al braille como lo que es, haciendo visibles para nosotros los alimentos, las botoneras de los ascensores y, en definitiva, todo lo que nos permita una vida plenamente autónoma e inclusiva, haciendo que nos escuchen.
Quiero que nuestros mayores se superen y sean independientes; que nuestros jóvenes se diviertan y también sean independientes; y que los que han dejado de sonreír, vuelvan a hacerlo. Luchar en equipo, junto a todo el equipo de servicios sociales, por su autonomía. Es lo que espero. Juntos hacemos lo que somos. Todos somos
ONCE
Corina Alfonso Mañá
Promotora Braille ONCE Galicia
Un año más celebramos el
Día Mundial de Internet, este dedicado a las personas mayores y el envejecimiento saludable. Tras el fomento del uso de las
Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), muchas de ellas impuestas, nos hemos visto avocados a dos escenarios: unirnos a la corriente y dejarnos fluir cada uno a nuestro ritmo, o agarrarnos con brazos y dientes para impedir que nos arrastre hasta que cojamos confianza.
Unos se van decidiendo y unen a la corriente de las
TIC confiando en sus propias fuerzas y otros esperan una mano que les aúpe a una confiable canoa. En estas nos vimos también en la
ONCE, personas ciegas o con baja visión y técnicos de la
tiflotecnología. La corriente es imparable, la canoa sigue avanzando, empezar por una llamada al
instructor de tiflotecnología puede ser la mano y el empujón que esperamos.
Cuando el que me recoge me dice que tendré que usar una pantalla de cristal sin referencia, con lo que yo veo o ni siquiera eso, lo primero que se pasa por la cabeza no es de extrañar que sea saltar de la canoa o pensar que esa es la de los locos, porque encima hay otros que me animan a ello y todo. Bueno, ya que estamos en ella vamos a ver...
- ¿Qué me proponéis?
- No, no, a nosotros nos gusta más escuchar que proponer.
- ¡Toma ya! Pues lo primero es sentir a mi familia y amigos siempre cerca
- Pues vamos a intentar que le puedas pedir al teléfono que te ponga con ellos, vamos a ver cómo se lo puedes solicitar con voz, dile “llamar al móvil a Sonia”.
- ¡Anda, pero si me ha contestado!. Espera, creo que me voy a poner cómodo en esta canoa, lo mismo me quedo un poco más de lo previsto.
Tras un periodo de coger confianza al móvil, de reflexión y darle vueltas ¿Por qué no plantear el problema de los papeles? ¿De quién son? ¿Qué pone en esta carta? Pues sí, también es posible usar la cámara del teléfono para que nos la lea. ¡Vaya, vaya! Siendo capaz de leer cartas... ¿Puedo leer así los libros? Es mejor que para poder leer los
más de 70.000 libros que tiene la ONCE grabados en un formato hablado que se llama
DAISY aprendas a usar una aplicación en el móvil, pero tendrás que prestar especial atención a las palabras nuevas como “Reproducir”, “Pausar”, “Nivel de navegación”, “Descargar”, “Pestañas” … Bueno, ¡todo está en intentarlo!
¿Y este nuevo lenguaje?
Nos acabamos de encontrar con la llamada
brecha digital, algo de lo que una persona adulta se da cuenta, y un niño ni se espera que lo haga. Con la ayuda de los instructores o
técnicos de tiflotecnología, cariñosamente “
tiflos”, este nuevo lenguaje poco a poco se va traduciendo a cada entendedera. Porque también es necesario afrontar el miedo a lo desconocido, tomar consciencia de que para todo esto se precisa
Internet y que, de una u otra forma, hay que aprender a usarla. En cierto modo hay que asumir convertirse en un niño y dejarse guiar de la mano; no es bueno salir al mundo virtual que nos ofrece
Internet sin una mano amiga, segura, como la de un padre o una madre que nos empiece a guiar y nos vaya dando confianza. Seguro que un día nos sorprendemos repitiendo alguna de esas palabras, o escuchamos Flick y Tap y sabemos de qué nos hablan y, como esos jovenzuelos orgullosos de su proeza, nos sentiremos henchidos de orgullo y caminaremos más chulos que un ocho.
Si Internet comenzó a ser usada con un crecimiento rápido y exponencial, en parte fue por la propia naturaleza humana, esa necesidad de comunicación y de aumentar sus conocimientos. Se sumó la comodidad y la rapidez, y ahora tratamos de simplificar su uso entrando en juego las aplicaciones para móviles frente a las páginas Web, los asistentes virtuales frente a teclados, realidad virtual y aumentada frente a las pantallas tradicionales o inteligencia artificial para el análisis de la cantidad ingente de información almacenada. Una evolución imparable que se ha introducido en todos los aspectos de la vida.
Hemos observado cómo las herramientas de videoconferencia han permitido participar en tertulias y actividades grupales a personas que estaban en sus casas a kilómetros de distancia, involucrarse en grupos afines, participar en charlas y asistir a conferencias de su interés. Han facilitado mantenernos unidos, relacionarnos y conocer nuevas personas.
Estamos viendo cómo los electrodomésticos se conectan entre si, cómo podemos solicitar con nuestra voz a un altavoz inteligente que nos apague las luces, nos regule la temperatura de la casa, nos diga la programación de la televisión, nos ponga un determinado canal, solicitar un voluntario que nos acompañe, saber las actividades previstas en nuestro centro de la ONCE o escuchar los libros hablados.
Si esta andadura la comparásemos a una escalera, cada escalón subido habrá requerido ánimo para hacerlo, confianza en conseguirlo, perseverancia si nos resultaba muy alto y reconocimiento de haberlo logrado. Las personas que están ahí para ayudar a subir estos peldaños deben ser conscientes de que cada uno tiene que hacerse su propia escalera y la propia no tiene por qué coincidir con la del otro, al igual que la forma de subir cada peldaño.
Debemos contar con empatía suficiente para conocer las necesidades, objetivos y elaborar un plan único y personalizado, ser sinceros en el acompañamiento y templados para reconocer las limitaciones. El intento, llegar hasta donde se pueda y ser parte del proceso, merece mucho la pena y enriquece a unos y otros.
Si llegaste hasta aquí leyendo este artículo, siéntete animador para que otras personas que están esperando a coger la confianza suficiente se suban a la canoa y busquen las manos amigas que les ayuden en la travesía.
Manuel Valentín de Lucas
Instructor tiflotécnico de la ONCE en Valladolid
Era un desafío, era arriesgado, era valiente... Celebrar una feria en espacio cerrado interior, de más de 3.000 asistentes esperados durante un único fin de semana, y todavía con el COVID coleando demasiado, no ha puesto fáciles las cosas al equipo que nos hemos encargado de coordinar y estructurar Tifloinnova 2022. Bajo el lema "La cara amable de la tecnología", esta sexta edición de la exposición internacional de tecnología accesible para personas con discapacidad visual venía con más fuerza que nunca y ganas de hacerse, tras dos retrasos inevitables debido a la pandemia mundial, pues originalmente estaba pensada para 2020, en coincidencia con la Cumbre Mundial de la Ceguera (World Blindness Summit), que también se tuvo que mover a junio de 2021 y utilizar un formato basado en lo online. Este escenario movidito ha hecho al CTI (Centro de Tiflotecnología e Innovación de la ONCE) y al Grupo Social ONCE en general tener que conseguir una Tifloinnova donde las marcas participantes se atrevieran a volver a los eventos físicos pero también, por primera vez, una feria completamente virtual y donde el visitante físico a las instalaciones tuviera prácticamente la misma experiencia que el visitante virtual desde su casa, donde el viaje y la información fueran duales.
Para lograrlo, se han hecho más de 15 streamings desde la feria, subido vídeos en tiempo real de los talleres temáticos y entrevistas con los expositores, hecho cobertura de redes sociales como nunca antes en un evento de estas características, ofrecido en la web información actualizada al minuto y enlaces a todos los acontecimientos clave de la feria.... Internet, y la tecnología, han demostrado al final que, efectivamente, hoy son una herramienta básica en nuestro día a día para comunicarnos y disponer de información, no un lujo, no un canal complementario o secundario.
Y además de todo esto, Tifloinnova 2022 tenía la obligación de reinventarse en forma y contenido, de traer optimismo y relativa normalidad, de sorprender con su puesta en escena para así hacernos sentir a todas las personas que juntas podemos ir hacia delante, dejar lo antiguo en el pasado, luchar contra la pandemia y cualquier obstáculo crucial que se nos ponga en la vida, que somos capaces de superar las situaciones más dramáticas que nos marcan como sociedad, y que el mundo de los ciegos será siempre uno de los que esté en primera línea para ayudar y cooperar en hacer, entre todos y de forma inteligente, una mundo mejor. La tiflotecnología ha sido la encargada de abrir la veda a la celebración de eventos físicos de nuevo tras dos años de letargo. El Grupo Social ONCE ha sido la avanzadilla, ha sido el reflejo para otros, y el referente al que han mirado muchísimos ojos, también los no necesariamente relacionados con el mundo de la discapacidad. Había ganas de volver a juntarnos, de volver a tocarnos, de poder explorar con las manos lo que no podemos ver con los ojos. Y de que la tecnología dejara su carácter más individualista.
Y todo eso, para un equipo de trabajo multidisciplinar y de muchas áreas implicadas como el que hemos formado para coordinar y hacer posible Tifloinnova 2022, ha sido una satisfacción. Como satisfacción era ver el pabellón central totalmente iluminado y presidido por esos coloridos y vanguardistas triángulos, los pasillos llenos de perros guía y de personas ciegas totales moviéndose con total autonomía gracias también a sus teléfonos móviles o bastones inteligentes, como satisfacción era que se llenaran los talleres temáticos y las presentaciones de producto, como satisfacción era ver repleto de gente el nuevo Espacio FUN y demostrarle al mundo y a nosotros mismos que los videojuegos, por muy ocio visual que fuera hasta hace pocos años, ahora son cosa de todos y también estamos incluidos en ellos, que una persona ciega puede jugar a una videoconsola y pasarlo bien con otras personas en partidas online, que se dan pasos de gigante en accesibilidad en el gaming. Y que el Grupo Social ONCE, y el CTI en concreto, están trabajando al máximo para seguir cerca de las empresas que hacen estos videojuegos y recordando que deben contar con las personas ciegas y de baja visión.
Tifloinnova 2022 ha sido ilusión, ha sido optimismo, ha sido una mirada al futuro pero también una contundente demostración de lo que es el presente, una feria cargada de simbolismo para todas las personas, con y sin discapacidad, un espacio donde compartir, conocer, descubrir. Y un espacio donde, por mucho gel hidroalcohólico que nos hemos echado y ahora que los miedos van disipándose poco a poco, estaba prohibodo no tocar.
-El equipo coordinador de Tifloinnova 2022-
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Con el comienzo de mayo se da inicio al
Mes Europeo de la Diversidad, promovido desde las instituciones europeas y apoyado por múltiples entidades que, como el
Grupo Social ONCE, integramos la
diversidad como un valor fundamental en nuestro quehacer diario. La
diversidad, como característica intrínsecamente humana, nos brinda a las organizaciones la oportunidad de construir un mosaico de talentos que nos hace ser más capaces para construir más y mejor; nos mantiene en sintonía con nuestra sociedad, cada vez más diversa; nos permite, en definitiva, generar oportunidades de aprendizaje continuo y fortalecer nuestra senda hacia la innovación, la transformación y la excelencia.
Sin duda, la discapacidad es uno de los factores o variables de diversidad que también enriquecen a las organizaciones y la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad es fundamental. El aprovechamiento de su talento forma parte de la apuesta de las organizaciones inclusivas y también de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se refieren expresamente a las personas con discapacidad entre sus metas y nos recuerdan que debemos avanzar hacia un mundo en el que nadie quede atrás.
Por su parte, el camino de las organizaciones hacia la Sostenibilidad (en su triple dimensión ambiental, social y de buen gobierno), requiere de compromisos sólidos para generar entornos laborales diversos, inclusivos, justos y ejemplares en igualdad de oportunidades, algo en lo que el
Grupo Social ONCE trabaja desde sus tres áreas ejecutivas:
ONCE,
Fundación ONCE e
Ilunion, más allá del compromiso conocido y reconocido con las personas con discapacidad.
De hecho, nuestra labor se extiende y amplía para trabajar con otras variables y ámbitos de la diversidad, como son la igualdad de género, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, la corresponsabilidad, el trabajo intergeneracional, el compromiso hacia el colectivo LGTBI u otros, el apoyo a mujeres víctimas de violencia de género, o la diversidad cultural.
Por eso, trabajamos conjuntamente con dinamismo, innovación, compromiso, profesionalidad, respeto y responsabilidad, con una plantilla diversa que asume como propios los valores del Grupo Social ONCE. Y ahora queremos compartir contigo un avance importante en nuestras organizaciones al sumarnos a la celebración de la segunda edición del Mes Europeo de la Diversidad, que nos une a las empresas y organizaciones españolas y europeas en el objetivo común de trabajar por un entorno en el que todas las personas, absolutamente todas, tengan su lugar en la sociedad.
Las tres áreas del
Grupo Social ONCE trabajan al unísono en esa dirección, partiendo de una base de inclusión laboral de personas con discapacidad en plantilla -casi un 60%- y de casi un 44% de mujeres. Y, a partir de ahí, trabajo y más trabajo en defensa de la
diversidad en cada espacio, en cada rincón, sobre una base de 11 valores que nos mueven y que aplicamos en muchos ámbitos:
Fundación ONCE se ha adherido al
Carta de la Diversidad y a la
Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGTBI, entre otros, y suma más de 4.000 mujeres con discapacidad víctimas de violencia de género a las que se ha dado cobertura; y en la
ONCE se trabaja en un próximo
Plan Estratégico de Diversidad e Inclusión (D&I).
Mención destacada merece
Ilunion, nuestro grupo de empresas sociales, que afianza e impulsa este ADN social con una mirada y una acción socioempresarial que incluye, por ejemplo, un 7% de su plantilla son personas de diferentes nacionalidades; un compromiso de empleabilidad para los colectivos más desfavorecidos, especialmente las personas con discapacidad; o una estrategia de futuro como compañía innovadora y sostenible socialmente y en el tiempo. Todo ello apoyado en cuatro pilares: personas, transformación, excelencia y sostenibilidad, y recogido en una publicación específica sobre su gestión de la diversidad enfocada en los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (
ODS).
El lema de este Mes Europeo para 2022 suma “Unid@s en la diversidad” y “Construyendo Puentes”, dos ideas que no pueden conectar mejor con nuestra idiosincrasia, modo de hacer y, sobre todo, convencimiento. Nacemos iguales, y como tales tratamos de impulsar este concepto que parte del derecho a la diferencia, a la diversidad, a enriquecernos con los demás.
Nuestra gestión de la diversidad responde a la necesidad de las organizaciones de dar respuesta a una nueva realidad social más plural y globalizada, en la que fuerza del trabajo y clientes son cada vez más diversos. La gestión de la diversidad se convierte en tangibles, pone en positivo las diferencias, y nos permite aplicar las medidas para contar con el mejor talento diverso, conseguir la inclusión desde la equidad y favorecer un entorno tolerante, de respeto e inclusivo, donde la persona no tenga miedo a ser discriminada, independientemente de su estado o condición. Iguales desde la diferencia. Iguales desde la diversidad.