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¡Hola! Soy Ana Albertí y soy voluntaria de la ONCE desde hace 10 años. Se puede decir que soy una apasionada de la naturaleza, me encanta caminar por la montaña, junto al mar y que pasen las horas, pero, también me encanta ayudar, y cuando puedo combinar ambas cosas es toda una maravilla, por eso me animé con el voluntariado de la ONCE.
Tras haber realizado el curso de formación de voluntarios, el cual me encantó y en el que aprendí, entre otras cosas, la técnica guía, empecé colaborando con la actividad de senderismo, algo que, como he dicho, me pareció un auténtico lujo ya que era combinar mi pasión con la ayuda a las personas que necesitaban que las guiaran. Para mí, pensar que otras personas que, por circunstancias de la vida, no podían disfrutar de esos paseos y caminatas y con mi ayuda, podrían… me llena de alegría.
No obstante, la actividad de senderismo se dejó de hacer durante unos años por falta de afiliados, pero recientemente se ha vuelto a retomar, lo que me hace sentir muy feliz. Pero eso no significó que dejará de colaborar como voluntaria, durante estos años en los que no ha habido senderismo, realicé servicios puntuales con diferentes personas, como, por ejemplo, ir a pasear, ir de compras… en definitiva, acompañar a personas ciegas o con discapacidad visual grave, incluso llegué a hacer servicios de voluntariado con una persona con sordoceguera. Además del senderismo, actualmente, y desde hace 2 años y medio, semanalmente voy a visitar a un hombre mayor con discapacidad visual que vive en una residencia y que, además, no tiene mucha movilidad y va en silla de ruedas eléctrica; estos días solemos dar una vuelta por las cercanías de la residencia, nos tomamos algún que otro café o, simplemente, nos sentamos en un banco y charlamos. Normalmente, voy los miércoles, pero si alguna semana no puedo, por cualquier cosa, siempre intento cambiar de día para poder visitarlo y poder pasar ese rato juntos, que creo que le viene muy bien, siempre antes comunicándolo a Coordinación del Voluntariado. Procuro no faltar nunca a la cita, ya que hemos creado un vínculo de amistad y lo cierto es que pasamos un rato muy agradable.
Me encanta colaborar y aportar mi granito de arena, mejorando así la calidad de vida de personas que necesitan ayuda; en el caso de la ONCE, personas ciegas o con discapacidad visual grave. La verdad es que tengo de agradecer mucho a la ONCE, puesto que siempre me han dado toda la ayuda necesaria y me han hecho sentir como parte de la familia, además, cuentan con un equipo de personas de gran calidad humana.
Espero que mi experiencia anime a otras personas a realizar algún voluntariado, yo animo a todo el mundo. Al fin y cabo, solo se necesita un poquito de tiempo libre y ganas de ayudar. Yo puedo decir que cada pequeña aportación supone un gran cambio en la vida de muchas personas, pero, sobre todo, la de uno mismo.
Hay muchas personas que necesitan ayuda para realizar las tareas cotidianas, simplemente hay que ponerse en el lugar de la otra persona, y uno se da cuenta de cuántas tareas y acciones tenemos tan mecanizadas y ni siquiera nos damos cuenta cómo las hacemos, a veces, no caemos en que, con una simple ayuda, a alguien le hacemos un mundo. De verdad, es una gran experiencia, ¡cambia vidas!
Ana Albertí
Voluntaria de la ONCE en Islas Baleares
Hace apenas un mes se marcó el cierre de la Tercera Edición del Reto Interno ONCE Innova 2023, un evento que concluyó meses de arduo trabajo y desarrollo de propuestas innovadoras presentadas por afiliados y empleados de la ONCE. En esta edición se presentaron más de 270 propuestas a las categorías de mejora de la calidad de vida de las personas ciegas; trasnformación y mejora del puesto de trabajo; y creación de nuevos productos y servicios de la ONCE, y como cabía esperar, esta edición no decepcionó, ofreciendo sorpresas y novedades emocionantes.
La jornada fue reveladora, permitiéndonos presenciar de primera mano el espíritu innovador de la ONCE. Durante el evento, los asistentes tuvieron la posibilidad de explorar los stands que presentaban los proyectos finalistas de esta edición, junto con prototipos de soluciones ganadoras anteriores, como la cerradura inteligente de Quiosco sin llave y la App de Conectando Caminos. Además, se exhibieron algunos de los proyectos más recientes desarrollados por el Centro de Tiflotecnología e Innovación y el Servicio Bibliográfico de la ONCE.
Durante el evento también se llevaron a cabo dos charlas sobre innovación inclusiva en la que contamos con la participación de referentes en innovación de la ONCE y de organizaciones externas y en las que se puso de manifiesto la necesidad de trabajar de forma colaborativa entre los distintos actores e impulsar la innovación inclusiva y generar nuevas oportunidades. Las sesiones estuvieron moderadas por Jorge Íniguez, director general adjunto de Organización, Talento e Innovación. La primera mesa, dedicada al ecosistema y alianzas para la innovación participaron Imelda Fernández (vicepresidenta de la ONCE), Ana Dubois (Ashoka), Casimiro Juanes (IE University), Jesús Hernández (Fundación ONCE) y Julián Andújar (Fundación Tecsos). Y en la segunda, que estaba dedicada a la evolución de la innovación en la ONCE y cómo las necesidades de innovación pueden convertirse en oportunidades de negocio, debatieron Patricia Sanz (vicepresidenta de la ONCE), Marcos Saavedra (DesignThinking.gal), Belén Jiménez (Asesoría de Juego), Javier Merino (Dirección de Sistemas) y Carmen Millán (Centro de Tiflotecnología e Innovación).
Tras ello, por fin se daba paso a la gran final, que fue el culmen de un gran trabajo previo. Durante los meses de junio y julio se llevó a cabo un proceso de evaluación transversal y minucioso, fruto del cual se seleccionaron las 9 propuestas finalistas que se presentaban en la jornada del 27 de octubre. Cabe destacar que en esta edición algunas de las propuestas finalistas fueron el resultado de la unión de equipos que presentaron proyectos con temáticas relacionadas. Una evolución de este programa de innovación que supuso un gran reto de coordinación pero enriqueció más aún el ejercicio, aportando disintas perspectivas a una misma temática.
Entre las finalistas, había soluciones para generar conciencia sobre discapacidad visual a través del uso de nuevas tecnologías como la realidad virtual, un expositor para agentes de ventas, una comunidad de Inteligencia Artificial o un juego de mesa orientado a concienciar sobre la inclusión de forma pedagógica... Una diversidad de propuestas que abordaban temas de acceso al entretenimiento, mejora del proceso de orientación profesionales a jóvenes con discapacidad visual o la mejora de la comunicación con nuestros afiliados, entre otros temas. Puedes conocerlas todas en la Web del Reto Interno ONCE Innova 2023.
¡Y llegó el momento! Los equipos finalistas tuvieron tres minutos para presentar sus propuestas para la deliberación por parte del jurado. Durante las presentaciones se puso de manifiesto el gran trabajo hecho por los equipos y mentores del Reto, que trabajaron conjuntamente durante semanas en la conceptualización, desarrollo y protipado de las propuestas. Además, el público disfrutó de una visita inesperada en forma de avatar durante la presentación del proyecto AICON sobre inteligencia artificial. Tras las presentaciones, el jurado del Reto, compuesto por el Comité ONCE Innova, tuvo la difícil tarea de seleccionar a los ganadores de esta edición.
En la categoría de mejora de la calidad de vida, ONCE Game Club fue la solución ganadora. AICON se llevó el premio en la categoría de mejora del puesto de trabajo, y se otorgó un reconocimiento especial al proyecto expositor de ventas para vendedores ambulantes. En la categoría de creación de nuevos productos y servicios, la propuesta ganadora fue Visión inclusiva: creando conciencia a través de la experiencia. Las soluciones ganadoras del reto tendrán la oportunidad de ser implantadas como pilotos de innovación en la ONCE y todas las soluciones presentadas a esta edición contribuirán al estudio de necesidades de innovación de la ONCE, a las que buscamos dar respuesta también de forma colaborativa con nuestro ecosistema de empresas, startups y resto de aliados estratégicos para la innovación.
Y así finalizaba otro año más, poniendo una vez más de manifiesto que el Reto Interno ONCE Innova demuestra el compromiso continuo de la ONCE con la innovación, al fomentar espacios para la presentación e implementación de propuestas que mejoren la vida de las personas con ceguera o contribuyan a mejorar el entorno laboral en la organización. ¿Quieres formar parte de nuestro ecosistema o tienes una solución que pueda aportar a mejorar la vida de las personas ciegas o mejorar los procesos y servicios de la ONCE? No dudes en contactarnos en nuestro formulario ecosistema de innovación inclusiva ONCE. ¡También puedes escribirnos al buzón onceinnova@once.es
Ana Ortega
Unidad de Innovación en ONCE
Puede parecer un poco raro pensar que existen estudios para informar sobre el juego responsable y seguro, sobre cómo comunicar estos conceptos y analizar las formas de hacerlo. Y seguro que la gente se sorprendería al saber que eso es lo que hacemos en la Cátedra Extraordinaria sobre Juego Responsable y su Comunicación de la ONCE y la Universidad Complutense de Madrid. En ella, constantemente, estamos buscando y analizando nuevas formas de promover un consumo responsable y de evitar que los usuarios tengan alguna incidencia con el juego.
Uno de los últimos estudios que hemos hecho está relacionado con la mejora de la comunicación en salud de los operadores de juego, en concreto, con la metodología empleada en Juegos ONCE. Y ahora pensaréis, ¿qué es Juegos ONCE? Pues es la web oficial de las loterías responsables, seguras y sociales de la ONCE. En ella, los usuarios se registran y pueden acceder a todas las modalidades de juego que la Organización tiene, todo, bajo unos estrictos estándares de seguridad que, de forma continua, se están revisando y analizando.
Llegados a este punto, quizás os parezca algo menos extraño esto de la comunicación en el juego responsable, ¿no? Pues bien, os voy a intentar explicar de una forma sencilla nuestro último estudio relacionado con los mensajes que se lanzan a los usuarios en materia de prevención, una de las herramientas de salud pública más utilizadas para reducir los posibles daños causados por el juego patológico.
En este estudio, en concreto, hemos analizado los correos que dicho operador manda a los usuarios que sobrepasan determinado límite de gasto de forma recurrente. Esto es un protocolo de varias fases que tiene el portal para “alertar” a los propios jugadores. Y os preguntaréis que cómo lo hemos hecho. Voy a intentar resumirlo. Se han utilizado varias metodologías, entre las que se incluyen la creación de ‘focus group’ o grupos de personas para analizar un tema; entrevistas con personalidades del juego y la publicidad; y una prueba de concepto.
Partimos del análisis de los diferentes modelos de correos electrónicos que la ONCE envía a sus clientes desde el sitio web de Juegos ONCE, los cuales han sido elaborados basándose en otros operadores de juego asociados a otras loterías europeas. Estos mensajes se envían para prevenir consumos abusivos, siempre de acuerdo a criterios muy severos establecidos por la ONCE.
Tras analizar los mensajes iniciales, elaboramos un cuestionario que, posteriormente, pedimos cumplimentar a dos grupos de 45 y 43 participantes, de los que hemos extraído conclusiones muy interesantes. Hay que tener en cuenta que a cada grupo se les presentó diferentes mensajes; al primero los mensajes antiguos y, al segundo, los mensajes propuestos a partir de los resultados y comentarios del primer grupo.
Lo que pudimos ver en ambos es que lo que más impacta en este tipo de comunicación es el tipo de contenido y de mensaje, pero también fue interesante ver que las respuestas, dependiendo de la edad, eran diferentes y, por lo tanto, necesitan un tratamiento diferente; no es lo mismo dirigirse a personas entre 18 y 35 años que a las personas de más de 35 años. Pero lo que fue más característico es que en el primer grupo se mencionó la complejidad y longitud de estos mensajes, lo que provocaba que, lamentablemente, no se leyeran.
Visto lo anterior, se consideró que lo más óptimo era redactar mensajes más breves y directos, con mayor riqueza de formato, y resaltando la información de consumo y de Juego Responsable de forma más directa.
Sólo con esta conclusión, este estudio nos ayuda a establecer claves que promuevan un cambio en la conducta del consumidor y permitan obtener el máximo beneficio de las políticas de juego responsable; nos facilita entender a los consumidores, ya que conocemos de forma más directa sus sensaciones y, a la vez, nos ayuda a crear unos mensajes más adecuados, que sean más efectivos y puedan llegar más y mejor.
Tras leer este “pequeño resumen”, seguro que te ha entrado alguna curiosidad por todo esto de la Comunicación en el Juego Responsable… Si es así, te aconsejo que visites nuestra web y eches un vistazo a todo lo que hacemos, que, seguro, te sorprenderá: Cátedra Extraordinaria de Investigación sobre Juego Responsable y su Comunicación
Guillermo Mejías Martínez
Doctor Investigador
Cátedra Extraordinaria sobre Juego Responsable y su Comunicación
Tras una larga espera, por fin llego el día: el grupo de montaña de la ONCE Aragón afrontábamos con entusiasmo y muchísimas ganas el Barranco Os Lucas, en Orós Bajo (Huesca), en el pirenaico Valle del Tena. Desde hacía tiempo nos hacía mucha ilusión planificar esta salida a la montaña pero, por cuestiones coyunturales o por circunstancias personales no terminábamos de organizarla. Al final, cuadrando los calendarios y la disponibilidad de todos, lo conseguimos. Jorge, Jesús, Javi y yo, los miembros del equipo, acompañados por Dani, un voluntario de ONCE y montañero en sus ratos libres; Alberto, nuestro guía de montaña; y Luis, maestro de la ONCE y experto montañero emprendíamos la expedición.
Por fin llegó el día y, como cada vez que realizamos estas actividades, nos reunimos en la Delegación de Zaragoza cuando aún no había amanecido para emprender rumbo al Pirineo. A medio camino, hicimos la parada de rigor, para recoger a quienes viven cerca de la zona (ya en la provincia de Huesca) y tomar un breve desayuno mientras nos poníamos al día de los planes para la jornada. Nuevamente, nos pusimos en marcha y, al llegar a Orós, nuestros nervios fueron ya palpables. Cada vez íbamos hablando más, preguntando sobre el recorrido, los saltos, etc… Entonces, fue cuando conocimos a Dani, nuestro guía en el barranco y el encargado de darnos el material que nos haría falta (neopreno, arnés y casco).
Nuestra impaciencia por comenzar nos hizo realizar la aproximación al Barranco Os Lucas a toda velocidad, ¡pese a que era cuesta arriba! Una vez en el inicio del barranco, nos colocamos el neopreno, arnés y casco y nos abrochamos bien nuestras botas de montaña pero, antes de empezar el descenso, escogimos una pared lateral para hacer un breve pero eficaz recordatorio de cómo rapelar manejando el ocho, cuerdas y mosquetones. Ahora sí, empezaba la aventura.
Iniciamos el barranco caminando por el cauce del río, donde tanto los guías como todos nosotros íbamos palpando el suelo con los pies, ya que el agua impedía ver las piedras del fondo y teníamos que ir salvando algún que otro escalón. Al poco de empezar llegamos a nuestro primer rapel y a nuestro esperado salto. Primero, preparamos las cuerdas y, mientras Dani, nuestro guía en el barranco, nos aseguraba desde arriba, Alberto nos esperaba en un saliente de la bajada, Luis nos aguardaba en la zona de salto y el otro Dani, nuestro voluntario, nos recogería en la poza de agua.
Fuimos escogiendo en qué orden íbamos a descender y repasando cuidadosamente los pasos más técnicos de esa primera bajada y así, nos dispusimos a bajar de uno en uno, primero rapelando por la cascada y, una vez que llegábamos a Luis, teniendo absoluta fe en su puntería para indicarnos hacia donde saltar. Unos tres o cuatro metros, pero… ¡qué tensión!
Recuerdo que mientras Luis me confirmaba que donde señalaba era lugar seguro y Alberto desde arriba me repetía: “como en el salto de longitud, ¡un paso y hacia arriba y adelante!”, mi cabeza solo pensaba: “cruzar los brazos, piernas ligeramente flexionadas y taparme la nariz, pero, ¿me va a dar tiempo a todo eso?”. Tan rápido flexioné las piernas que ¡menudo culetazo! Pero la verdad es que el salto nos llenó de energía, cuando llegábamos a la orilla después de nadar en la poza a la que habíamos caído no parábamos de comentar lo que habíamos sentido cada uno en el salto y de elucubrar con entusiasmo lo que encontraríamos en el resto del recorrido.
Continuamos descendiendo por el cauce del río y pasando por escalones que, en ocasiones, nos hacían poner culo al suelo para salvarlos con mayor seguridad y evitando resbalones. Mientras caminábamos nos acompañaba el olor a musgo, a piedra mojada y el sonido del agua formando ruidosos rápidos o suaves remansos y avanzando un poco más, llegamos… ¡al tobogán!
Algunos habíamos saltado en alguna que otra poza, pero ¿dejarnos resbalar en la piedra hasta llegar al agua? ¡Eso sí que era nuevo! Aquí no hacía falta ir asegurados con el ocho, las cuerdas y el arnés, sólo era necesario repasar la posición de seguridad para la bajada y disfrutar del viaje. Así que, primero, nuestro voluntario, Dani, nos esperaría en el agua para conducirnos a la orilla y, por último, los guías. Organizados ya, nos tiramos del tobogán de doce metros. Como no podía ser de otra forma, la concentración me duró el tiempo en el que me colocaba en la posición de bajada y me sujetaban por el arnés, después fue como volar. El deslizamiento era tan ligero que en el último tramo del tobogán mi cuerpo ya no rozaba la piedra y al instante, de lleno a la poza. En este punto a todos nos llegó el agua al cerebro, ya que era difícil advertir en qué momento debíamos soltar aire o taparnos la nariz, aun así, fue uno de los pasos más emocionantes del recorrido, una nueva sensación para todos.
Conforme íbamos avanzando por el cauce del río hacia el final del recorrido, íbamos comentando que se nos estaba haciendo muy corto… de hecho, a pocos pasos nos encontramos con nuestro último descenso, un rapel de 30 metros a la orilla de una impresionante cascada. Nuevamente los guías se colocaron en las posiciones estratégicas de la bajada: al inicio, dos puntos intermedios y al final, para irnos orientando en todo momento. Uno a uno fuimos rapelando: soltando poco a poco la cuerda, dando pasos hacia abajo en la pared vertical y siempre acompañados a nuestra izquierda por la cascada.
Mi descenso fue suave y relajado, me gustaba sentir la cascada tan cerca, incluso jugar a entrar en ella y que me mojase parcialmente. Me servía de referencia sonora en el camino y, al mismo tiempo, su sonido desprendía tranquilidad y cierto frescor, así que me lo tomé con calma. Cuando llegué a la última poza, donde Dani me guio hasta la orilla, me encontré con Jorge, que había sido el primero en realizar ese descenso, y allí hablamos de lo emocionante que había sido el recorrido y lo corto que se nos había hecho, además de la suerte que tuvimos de contar con cuatro guías que nos habían dado apoyo a cada uno de los afiliados en el recorrido, lo que es realmente importante en una actividad de montaña tan técnica.
Poco a poco nos reunimos en el final del Barranco Os Lucas y realizamos el trayecto de vuelta a Orós charlando sobre esta experiencia. La conclusión fue que nos encantó… los rapeles, el salto, el tobogán… todas las nuevas sensaciones que habíamos experimentado, pero, sobre todo, compartir una jornada tan agradable y divertida juntos. A nosotros se nos hizo muy corto, pero, la verdad es que llegamos tarde a que nos pudieran dar de comer en algún sitio, así que sacamos lo que llevábamos para picar y, a modo de improvisado picnic, nos comenzamos a ilusionar con las posibles nuevas salidas a la montaña. ¡Aquí tienes nuestra experiencia completa!
Hasta la próxima!
Laura Moya
Miembro del equipo de montaña ONCE Aragón
Cuando hablamos con lectores o con personas usuarias de bibliotecas, rara vez imaginan que exista una biblioteca como la nuestra. Una biblioteca digital de acceso para personas ciegas. El formato BRA, el Daisy... son palabras que no les dicen nada y producen sorpresa y curiosidad. Y les sorprende más aún cuando contamos que tenemos casi 80 mil obras incorporadas…y subiendo.
Pero también produce sorpresa cuando contamos que, aun produciendo miles de obras cada año, hasta hace muy poco apenas teníamos obras en lenguas extranjeras. O que no podíamos compartir esas obras que producimos con considerable esfuerzo técnico y económico con otras personas de países terceros, que no podían acceder, debido a ese esfuerzo que requiere la adaptación para personas ciegas, a la lectura del mismo modo que se hace en España.
Para paliar esa necesidad, hace diez años se desarrolló el Tratado de Marrakech, siendo ratificado por la Unión Europea hace cinco, tras implementar las excepciones legales correspondientes para garantizar los derechos de autor. Desde hace cuatro, las personas con ceguera o deficiencia visual grave afiliadas a la ONCE, ya pueden beneficiarse también de este intercambio, del mismo modo que las personas con discapacidad visual de otros países pueden leer las obras adaptadas que la ONCE produce.
Muchas cosas han pasado en estos cuatro años. Al principio, tras mucho correr, para tenerlo todo preparado legal y técnicamente, nos dimos cuenta de que, en este sentido, prácticamente ningún país estaba listo, y muchos siguen sin estarlo. También nos dimos cuenta de que los formatos y los tipos de archivos que utilizaban en otros países no eran los mismos que utilizábamos nosotros, así que, aunque podíamos compartir los libros, no podíamos leerlos.
No obstante ahora, una vez superadas estas dificultades, más del 80% de los libros en lengua extranjera que se descargan de la Biblioteca Digital, son libros recibidos al amparo del Tratado de Marrakech. El primer libro que compartimos fue “Lirio rojo” de Nora Roberts, que fue enviado a la Federación Braille del Uruguay. Desde entonces hemos enviado algo más de 3.000 libros a 30 entidades diferentes de 24 países de todos los rincones del mundo. Los últimos que se han incorporado a esta lista son Eslovaquia, Croacia y Bulgaria. Y ya hemos enviado libros a todos los continentes .
Como ya hemos visto, el destino de nuestras obras es muy diverso. De esas 3.000 obras que hemos enviado, cerca de la mitad han ido a Estados Unidos y un tercio a Argentina. ¿Y cuál fue el primer libro que recibimos? “September”, de Rosamunde Pilcher, enviado desde EEUU, pero resulta que el formato no era compatible así que el primero que subió a la Biblioteca Digital fue “Northanger Abbey” de Jane Austen, que nos lo enviaron desde Australia. Desde entonces, hemos subido a la Biblioteca de la ONCE más de 450 obras procedentes de 17 países, con la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos a la cabeza de los envíos.
Si quieres hacer alguna consulta o saber la disponibilidad de algún libro editado en otro país o en otro idioma extranjero, puedes contactar con la Oficina de Marrakech del Servicio Bibliográfico de la ONCE en el correo marrakech.sbo@once.es o en el teléfono 915894255.
Alejandro Santiago
Técnico del Dpto. de Atención al Usuario, Calidad e Infraestructuras
Servicio Bibliográfico de la ONCE
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Contenido - Acerca de la ONCE
Acerca de la ONCE
El compromiso de la ONCE es hacer realidad las ilusiones de miles de personas con discapacidad y de sus familias. Y todo ello (educación, empleo, accesibilidad, nuevas tecnologías, ocio, deporte...) lo logramos gracias a la solidaridad de la sociedad española que, día a día, año tras año, confía en nosotros, acercándose a los vendedores de la Organización y al resto de establecimientos autorizados para la venta de nuestros productos, conocedores de nuestra labor, sabiendo que, si nos necesita, en la ONCE y su Fundación, estaremos a su lado.
Y todo ello lo hacemos con la garantía de ser la única marca en España con el sello de Juego Responsable, con las certificaciones nacionales e internacionales más severas, y que sólo la ONCE ha alcanzado en el ámbito del juego, un aval más de la integridad de nuestra gestión.
Para más información: www.once.es