Hace casi 18 años, la ONCE creó una fundación para extender su ya amplia labor solidaria más allá de nuestras fronteras, a lugares lejanos en el espacio, pero próximos culturalmente. Así nace la FOAL, Fundación ONCE para la solidaridad con las personas ciegas de América Latina, una entidad conocida y querida en los 19 países en los que ha ido dejando huella con su apoyo constante a proyectos y programas que contribuyen a mejorar la calidad de vida de quienes tienen discapacidad visual (Conócenos).
Cuando ir a la escuela se convierte en una carrera de obstáculos que comienza por lograr el convencimiento de la familia de que la ceguera de un niño o niña no es un impedimento para su desarrollo; cuando debe darse la casualidad de que por algún medio esta familia conozca la existencia de instituciones que pueden ayudar a sus hijos en su evolución; cuando se reside en un país en el que sólo un 7% de las personas con discapacidad tiene estudios medios y el nivel de su desempleo alcanza el 95%; y cuando, según la ONU, el 80% de estas personas vive bajo el umbral de la pobreza, es fácil deducir que ser ciego en muchos países y salir adelante es una verdadera odisea.
Recientemente, una delegación de FOAL hemos visitado Honduras y El Salvador, dos países que suman a una situación social compleja unos elevados niveles de violencia, que afectan a la población y, por supuesto, a las personas ciegas. Y esto significa que los recursos para atender sus necesidades específicas son escasos, los materiales para desarrollar sus estudios también, pero además, el entorno no contribuye a optimizar la eficacia de los esfuerzos realizados. Ser profesor de apoyo itinerante conlleva muchas horas de desplazamientos para llegar a cada escuela donde hay un niño ciego, tomar transportes públicos en condiciones poco adecuadas, recorrer duros trayectos e incluso enfrentarse demasiado a menudo a situaciones de riesgo.
Un ordenador portátil, herramienta que permitiría acceder a la información a las personas con discapacidad visual de forma normalizada y similar a como lo hacen los demás, y que resolvería buena parte de los problemas a los que se enfrentan a la hora de avanzar en su educación, no parece ser la mejor solución en muchos lugares. “No podemos cargar una ‘laptop’ por la calle porque podrían asaltarnos”, decía una estudiante ciega de la Universidad Nacional de Honduras. Sí, ¡de la universidad! Porque, afortunadamente, hay chicos y chicas que van superando todas esas barreras, y con gran esfuerzo e infinitas dosis de voluntad, llegan ahí, aunque son los menos...
También hemos compartido ratos con niños de muy corta edad con discapacidad visual y sus familias, mientras asistían a sesiones de estimulación temprana, y con otros que acudían a un colegio específico para ciegos, como paso previo a su próxima inclusión en la escuela convencional. Aprendían braille, las distintas materias, habilidades para la vida diaria y se movían como peces en el agua con sus bastones. “Mi bastón es español, como ustedes”, decía un chiquillo de 7 u 8 años, que conocía perfectamente el origen de su imprescindible herramienta de movilidad.
Y es que una parte considerable de los materiales que utilizan en sus aulas y para su rehabilitación, los equipos con los que se imprimen los libros de texto y gráficos que necesitan, y la capacitación que los profesionales que los atienden han ido adquiriendo, son resultado de la solidaridad española, la que recoge cada día la ONCE de los ciudadanos, canalizada luego en proyectos conjuntos entre FOAL y los fondos de cooperación española, especialmente de Aecid.
Una máquina de escribir braille, la histórica Perkins, es un bien muy codiciado; las láminas para reproducir gráficos en relieve se utilizan sólo en caso de gran necesidad; se cuida que la impresora braille disponible funcione adecuadamente, porque se es consciente de su valor y de que se trata de recursos muy limitados. Pero con todo ello, el esfuerzo merece la pena y está favoreciendo que muchos niños y niñas con discapacidad visual se conviertan en jóvenes con un nivel educativo que les permita ser adultos libres e independientes.
María Jesús Varela
Directora de FOAL
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Recuerdo de Natalie C. Barraga (1915-2014)
El pasado 29 de diciembre de 2014 falleció, a los 99 años de edad, Natalie Carter Barraga, precursora de los métodos de estimulación visual, mundialmente reconocida, y muy popular entre los profesionales de habla hispana desde que la ONCE publicó en 1985 una selección de su obra, con el título Textos reunidos de la doctora Barraga. La doctora Barraga, como generalmente era conocida, pues, en efecto, era doctora en Educación, impartió generosamente su magisterio en más de veinte países, sobre todo a partir de su jubilación, en 1984, como catedrática de la Universidad de Texas (Estados Unidos).
Su influencia fue decisiva en España, donde fue invitada por la ONCE en 1985 para colaborar en la formación de los primeros especialistas en rehabilitación visual, en el entonces recién creado Centro de Rehabilitación de la ONCE (CERVO).
Entre los numerosos reconocimientos que recibió a lo largo de su carrera destaca el premio a sus 50 años de dedicación profesional, que recibió en el marco de la 5ª Conferencia Internacional sobre Baja Visión, organizada por la ONCE en Madrid en 1996.
En 1997 la ONCE publicó una nueva edición de los Textos de la doctora Barraga.
Nacida Natalie Carter en la localidad de Troy, en el estado de Texas (Estados Unidos), en 1915, se empeñó en investigar para ayudar en la rehabilitación visual de su hija Karen. Completó su formación académica licenciándose en 1957 en la Universidad de Texas, donde empezó a trabajar como profesora en 1963, año en el que se doctoró en Educación por la prestigiosa Universidad de Vanderbilt, y ganó la cátedra de Educación Especial de la Universidad de Texas, en la que formó una importante escuela de expertos en estimulación visual, hasta su jubilación en 1984.
Como toda gran obra, la de Natalie Barraga ha sido también objeto de controversia: siendo su eje fundamental el de la estimulación visual, algunos autores han discutido la eficacia de estos y otros métodos similares. Pero lo cierto es que el denominado “método Barraga” sigue utilizándose ampliamente, no sólo en España, sino en todo el mundo.
Tenemos días dedicados a conmemorar de todo: el día del libro, el día de la música, el día de los enamorados… Y sin embargo, no tenemos un día para reivindicar la ilusión; esa energía que nos impulsa a seguir a delante, esa fuerza inagotable con la que alcanzamos cosas increíbles, y que si faltara, sin duda alguna, no existiría ninguno de esos otros días que celebramos. Por eso, queremos que la ilusión pase a ser parte de nuestro calendario con la instauración de un día oficial dedicado a ella.
Esta iniciativa nace desde el Concurso Escolar de la ONCE y su Fundación y ya cuenta con el apoyo de más de 100.000 escolares de todos los puntos de nuestra geografía. Durante todo el año, nos han ayudado a poner en marcha una gran campaña con la que llevaremos nuestra propuesta ante las instancias oficiales pertinentes.
Ya hemos llegado muy lejos, pero necesitamos todo el apoyo posible. Si tú también crees en la ilusión como motor de todo lo importante, si a ti tampoco te gusta la idea de un mundo sin ilusión, únete a nosotros con tu firma.
¡Únete!
Si lo deseas puedes descargar el manifiesto en nuestra web u obtener más información en los canales del Concurso ONCE: http://ow.ly/ynmjq
Quienes trabajamos para impulsar la autonomía personal de las personas ciegas o con discapacidad visual severa vivimos con entusiasmo e ilusión la noticia de los logros de la Conferencia de Marraquech y la aprobación, por fin, de un tratado internacional para la exención de derechos de autor para los libros en formatos alternativos destinados a estas personas.
Desde hace muchísimos años, desde la ONCE se ha reivindicado e impulsado esta medida con toda la fuerza que nos ha sido posible, a nivel nacional e internacional y, obviamente, estamos satisfechos de lo logrado. Ahora estamos en la siguiente etapa: lograr que el máximo número posible de Estados ratifiquen lo aprobado en Marraquech y que cobre vigencia la aplicación del tratado. En esa línea estamos trabajando y, para ello, pedimos vuestra total colaboración, puesto que será en ese momento en el que todos podamos intercambiar nuestros esfuerzos locales y nacionales, amparados por una normativa que, actualmente, no nos permite hacerlo.
Será extraordinario poder sumar esfuerzos, prácticas, enfoques... y abrir un nuevo horizonte de acceso a la información para las personas con discapacidad visual, que es nuestro primer objetivo. En ese camino ponemos actualmente todo nuestro esfuerzo, para que la aplicación de Marraquech sea lo más rápida posible y alcancemos pronto esa universalidad de acceso a libros en formatos alternativos.