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Entradas con Categorias Cultura .

Una suma de ilusiones

Ahora hace un año que se gestara este proyecto que acaba de ver la luz y que se asienta en las mismas bases o principios que lo hace la ONCE: personas, ilusión y trabajo.

El reto era emprender un nuevo montaje teatral con el grupo Lazarillo de Tormes, integrado en su mayoría por ciegos y deficientes visuales de Salamanca, después de los últimos éxitos cosechados con el espectáculo de calle "Agua que no has de beber... (la película)", logros que han quedado plasmados en la publicación titulada ¡¡MÓJATE!!.

Había que dar un nuevo salto mortal pero, como siempre, con red. En esta ocasión consistía en buscar espacios escénicos no convencionales, que además contaran con una escenografía única, con buena acústica, con iluminación artística y que se pudieran encontrar, como mínimo, uno en todas las localidades.  De esa forma, se podría llegar a nuevos públicos, en general, poco habituados a asistir a representaciones teatrales.

Con esas premisas estaba claro que sólo una iglesia podía reunir todos estos requisitos. Entonces se planteaba la necesidad de crear una obra que se complementara y que estuviera a la altura de tan impresionantes escenarios. Lógicamente, para tales espacios, la temática tenía que ir en la línea de los autos sacramentales o con argumentos que versaran sobre algún personaje histórico con una fuerte trayectoria vital y espiritual.

Hay ocasiones únicas,  y en 2015 se celebraría el  5º centenario de Teresa de Jesús, una gran mujer, de talla universal, que además era de esta tierra. Todo iba casando. Por tanto, se hacía necesario contar, como en el anterior montaje, con un gran dramaturgo y además, en esta ocasión, con un director de talla internacional y experto en este tipo de temática teatral. Denis Rafter reunía los dos perfiles, además de innumerables cualidades personales y humanas. Su trayectoria profesional  le lleva no sólo a actuar con grandes actores sino que en ocasiones le honra el haber aceptado la invitación para dirigir a grupos de actores aficionados como sería este caso.

Denis se ilusionó con el proyecto y sacó tiempo entre sus dos últimos estrenos, el de Edipo en el Festival de Mérida y el de Oscar Wilde en El Español de Madrid. Y si él se ilusionó, mucho más lo harían los actores del grupo Lazarillo de Tormes (Chari, Tere, Pilar, José Mari, Sonsoles, María, Marisa, Tita y Lola) por tener la posibilidad de trabajar y aprender de este gigante de la escena y en un proyecto, a priori, de tanta envergadura. Y como todo debía estar muy cuidado, los hábitos de las monjas carmelitas y del padre dominico tenían que ser auténticos y acordes con la época que no iba a ser otra que el momento previo a la muerte de Teresa en Alba de Tormes.

 A este tipo de espectáculos no le podía faltar la música, además de autores de esa época (siglo XVI) interpretada en directo por el coro de actrices, acompañadas al órgano por el maestro ciego Francisco Salinas (coetáneo de Santa Teresa en Salamanca). Para interpretar a este personaje contábamos con Adrián, un joven músico afiliado a la ONCE. Se ha fabricado un órgano copia fiel del que usara el Maestro Salinas y que se encuentra en la Catedral de Salamanca.

El éxito de este proyecto ha sido posible gracias al esfuerzo y al muchísimo trabajo de todas las personas implicadas. Y con la ilusión y el apoyo de la Asociación Civitas (Manuel González) y de los representantes institucionales de la ONCE (Rosa Díaz e Ismael Pérez) y de la Junta de Castilla y León (Alicia García y José Ramón Alonso).

Y una mención especial para los actores de la Compañía La Pañuela de Toledo (Ana, Carmen, Rocío y David) que participaron en el proceso de ensayos y en los estrenos. Y también el reconocimiento a Mabel Vecilla, actriz en los últimos montajes del Grupo Lazarillo, por ser la primera en participar de la idea y ayudar a nacer Teresa, la jardinera de la luz.

 

Por F. Javier de Prado Herrera, promotor y productor del proyecto y animador sociocultural de ONCE Salamanca 

Categorias: Cultura

En un mundo en el que la gran mayoría de la información llega por vía visual, hay quien se pregunta cómo viven las personas ciegas la Semana Santa o episodios muy concretos, como la Pasión de Cristo. La respuesta es fácil: con todos sus sentidos, como el resto de la ciudadanía.

Muchas personas ciegas se cuentan entre quienes viven estos días con fervor una costumbre con larga tradición. Un ejemplo es la Cofradía del Santísimo Cristo de Ánimas de Ciegos de Málaga, de la que la ONCE es Hermano Mayor Honorario desde el año 1939. Cuenta la historia que las personas ciegas fueron las que impulsaron y mantuvieron esta cofradía siglos atrás. De hecho, en esta procesión, como en muchas otras, un gran número de personas ciegas viven la Semana Santa en el redoblar de los tambores que acompañan a la imagen; en el estruendo de las tradicionales carracas que rompen el silencio; en el recogimiento y los silencios ante el trono que lleva el paso; o en el sonido de las trompetas de las bandas de música.

Y están atentos a los capataces que, con su voz y el llamador (...'pom'...) dan las órdenes a los costaleros para que levanten la imagen al cielo, al que las personas ciegas dirigen su mirada aun sabiendo que no podrán ver a ese Cristo o a esa Virgen, pero pueden sentirlos y vivir su emoción junto a los demás, guiados por suspiros, gritos o por las descripciones de quienes les acompañan.

La saeta es otra de las guías de quienes no pueden ver. Cuando el canto por excelencia de la Semana Santa llena de emoción y devoción a quienes procesionan, las personas ciegas saben que están en uno de los momentos de más fervor. Pero es que además, el aroma de las flores que adornan los pasos (lirios, claveles, iris, o rosas), que se mezcla con el olor a incienso y a cera de los cirios, puede indicar a los más abezados si el paso que tienen a su lado es un Cristo o una Virgen Dolorosa.

Poder tocar las imágenes de Cristos y Vírgenes es otra de las formas en que los ciegos sienten la Semana Santa. Por ejemplo, la sevillana Hermandad de la Vera Cruz invita a estas personas a conocer a su Cristo mediante el tacto. Recorrer con la punta de los dedos –a veces temblorosos- los clavos, las llagas, las heridas abiertas, la barba del Crucificado, sus ojos, su gesto de dolor... no pasa inadvertido para las manos de estos fieles. Es otra forma de vivir la Pasión: muy de cerca, pudiendo, incluso, susurrar al Cristo alguna petición, o agradeciéndole un favor concedido.

Y también hay personas ciegas que disfrutan de la Semana Santa procesionando como nazarenos, en las bandas de música o de una manera aún más sufrida, como costaleros o anderos. Y hay muchos repartidos por toda la geografía; desde Andalucía a Galicia y desde Extremadura a Cataluña, pasando por las más austeras procesiones de las dos castillas, con ejemplos en Cuenca o Zamora. Su ceguera o deficiencia visual no les impide cargar con los muchos kilos de un trono, porque cuando están en las trabajaderas (travesaños situados en la parte inferior de los pasos), todos son ciegos, ya que se encuentran en total oscuridad. Rodeados de sus compañeros videntes con los que no hay diferencias.

Sobre los pasos de Semana Santa van las imágenes que las personas ciegas no pueden ver, pero sí sentir porque hay otra forma de vivir esta tradición: mirando desde el interior, quizá la mejor forma de ver.

Categorias: Cultura

En el mundo del arte en general, y en el de los museos en particular, tocar está muy feo. Y sin embargo, en la ONCE, tocar forma parte de nuestra manera de sentir el arte, y por eso tenemos un museo muy singular. En este museo, para disfrutar, hay que tocar. Se vea o no se vea, todos estáis invitados a diferenciar texturas, a descubrir la redondez y las aristas... porque todo lo tocante al arte está en verdadero contacto con el visitante en el Museo Tiflológico de la ONCE.

Creado originalmente por los propios usuarios y para los propios usuarios, el actual Museo Tiflológico ha transformado aquellos primeros "Museos de cosas" o "Museos de objetos" en un espacio abierto a todos. Lo disfrutan adultos, jóvenes, clases enteras de niños y niñas haciendo lo que, en cualquier otro museo, está terminantemente prohibido hacer: tocar el arte, disfrutar de su cercanía, del frío que desprende el mármol esculpido de la maqueta del Taj Mahal o de la calidez de la madera de la maqueta de Jerusalén.

Pero no sólo tenemos maquetas de monumentos y ciudades, hay muchas cosas más. Tenemos cuadros, tapices, fotografías o esculturas de artistas cuya discapacidad visual grave no les ha impedido dar lo mejor de su creatividad y compartirla con todos nosotros. Además, en nuestra sala de exposiciones temporales, programamos a lo largo del año distintas muestras de escultura, a fin de familiarizar a las personas ciegas que vienen con asiduidad al museo con las tendencias del arte actual.

La escultura es la especialidad artística más adecuada para una exploración táctil. Exhibimos obras de distintas tendencias, estilos y materiales. En los últimos años, el Museo Tiflológico ha ofrecido una completa retrospectiva de la escultura española del siglo XX. Por su sala ha pasado la obra de maestros como Pérez Comendador, García Donaire, Venancio Blanco, César Montaña, Antonio Campillo  e Higinio Vázquez. La serie se enriquece ahora con las esculturas de Santiago de Santiago, 16 piezas seleccionadas para la ocasión que se unen a la que ya nos donó el pasado verano: el molde en fibra de vidrio que dio lugar al Monumento al Vendedor, pieza en bronce que podemos ver y tocar frente al Congreso de los Diputados, en Madrid. Todos podemos recorrer con la yema de los dedos, hasta el 14 de marzo, la superficie pulida y redondeada de las formas femeninas y aquella, más rugosa, de los soportes de piedra en los que se apoyan, percibiendo la piedra volcánica, el bronce, la fibra de vidrio y la escayola, que son los materiales presentes en la exposición.

Y si bien el arte es, sin duda, el protagonista de nuestro Museo Tiflológico, no es lo único que encontraréis allí. Como parte de su colección permanente, podréis disfrutar de objetos que no encontraréis en ningún otro lugar: los de la sala de material tiflológico. En ella os mostramos pedacitos de la historia de las personas ciegas y con discapacidad visual grave, desde su acceso a la educación y a la cultura, a la lectura y la tecnología: máquinas de escribir en braille, relojes y juegos adaptados, mapas y calculadoras, instrumentos para escribir notación musical en braille, e incluso los primeros "libros hablados" y sus abultados y pesados magnetófonos.

Algunas de nuestras exposiciones han viajado por todo el país, con el fin de compartir esta experiencia única con aquellos que no pueden desplazarse hasta la calle de La Coruña, en Madrid, donde se encuentra el museo. Intentamos así satisfacer parte de las necesidades culturales de más personas ciegas o con discapacidad visual grave, al tiempo que mostramos e impulsamos que la inclusión y la normalización en los circuitos culturales de todos los ámbitos es posible.

Y es que queremos demostrar que tocar no es tan feo, porque tocando logramos ver lo invisible.

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Teatro con mayúsculas

A lo largo de la historia, el teatro ha sido siempre un valor bien recibido y valorado por la ciudadanía. Para una mayoría ha sido un entretenimiento o una forma de ocio; para otros, una forma de vida; y para algunos más, un revulsivo social que ha agitado las conciencias y el pensamiento de quienes han sido capaces de desentrañar el mensaje que venía desde las tablas. Está claro por tanto que, de una u otra forma, el teatro no nos deja indeferentes: nos hace pensar, reír, llorar, recordar, imaginar y manifestar nuestras emociones.

En la ONCE hemos apoyado desde siempre la participación de las personas ciegas en el mundo de las artes escénicas. No sólo por el derecho a disfrutar como meros espectadores, sino también por el gozo de vivir en primera persona el arte creativo e interpretativo. Las compañías de teatro que promovemos son ya una referencia de capacidad personal y una experiencia de plena inclusión. Son el resultado de un recorrido de más de tres décadas de historia, precedido por algunas iniciativas impulsadas desde mediados del siglo pasado, sin duda herederas de la tradición del relato entre las personas ciegas.

Desde las representaciones escolares de antaño hasta el actual teatro aficionado hay un largo recorrido acompañado de muchos esfuerzos y de una evolución constante. La representación teatral constituye para una persona ciega o deficiente visual un reto personal y un modo de demostrar sus capacidades. Constituye además una fuente de evidentes beneficios que mejoran la movilidad, la educación del gesto, la postura, la seguridad, la autoestima, el reconocimiento, la integración grupal y social y la autonomía personal.

El teatro y lo que aporta la necesaria interacción con otros actores y actrices con o sin discapacidad les faculta como miembro pleno de las artes escénicas, es decir, estas personas acaban siendo aquello que desean ser y para lo que han trabajado y se han esforzado. Por esta razón, en la ONCE impulsamos la participación de estos grupos de teatro aficionado en los circuitos culturales ya existentes, para evitar una actividad paralela que diferencie y aísle su creatividad.

Sin abandonar el carácter amateur de los grupos, en la ONCE hemos procurado dotarles del rigor técnico y profesional necesarios para la consecución de sus objetivos. En la actualidad, contamos con un total de 365 actores y actrices en 29 compañías a lo largo de la geografía española. Organizamos también jornadas de formación teatral y promovemos investigaciones y publicaciones especializadas que acercan la discapacidad visual al teatro y viceversa.

La gran labor de los grupos de teatro ONCE les ha hecho merecedores del premio Max de Teatro Aficionado 2013, el máximo galardón estatal de la categoría, un gratificante y estimulante reconocimiento. 

Porque nuestro teatro es grande, fruto del esfuerzo, de la disciplina y la superación. Un teatro que también sale del corazón, entregado a la memoria del público que lo disfruta en directo. Como dijo Molière, “las cosas no valen sino lo que se las hace valer”, y nuestros actores y actrices lo hacen valer.

¡Gracias por acudir al teatro, os esperamos esta semana en la XV Bienal de Teatro ONCE!

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Acerca de la ONCE

El compromiso de la ONCE es hacer realidad las ilusiones de miles de personas con discapacidad y de sus familias. Y todo ello (educación, empleo, accesibilidad, nuevas tecnologías, ocio, deporte...) lo logramos gracias a la solidaridad de la sociedad española que, día a día, año tras año, confía en nosotros, acercándose a los vendedores de la Organización y al resto de establecimientos autorizados para la venta de nuestros productos, conocedores de nuestra labor, sabiendo que, si nos necesita, en la ONCE y su Fundación, estaremos a su lado.

Y todo ello lo hacemos con la garantía de ser la única marca en España con el sello de Juego Responsable, con las certificaciones nacionales e internacionales más severas, y que sólo la ONCE ha alcanzado en el ámbito del juego, un aval más de la integridad de nuestra gestión.

Para más información: www.once.es