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Tras una larga espera, por fin llego el día: el grupo de montaña de la ONCE Aragón afrontábamos con entusiasmo y muchísimas ganas el Barranco Os Lucas, en Orós Bajo (Huesca), en el pirenaico Valle del Tena. Desde hacía tiempo nos hacía mucha ilusión planificar esta salida a la montaña pero, por cuestiones coyunturales o por circunstancias personales no terminábamos de organizarla. Al final, cuadrando los calendarios y la disponibilidad de todos, lo conseguimos. Jorge, Jesús, Javi y yo, los miembros del equipo, acompañados por Dani, un voluntario de ONCE y montañero en sus ratos libres; Alberto, nuestro guía de montaña; y Luis, maestro de la ONCE y experto montañero emprendíamos la expedición.

 

Por fin llegó el día y, como cada vez que realizamos estas actividades, nos reunimos en la Delegación de Zaragoza cuando aún no había amanecido para emprender rumbo al Pirineo. A medio camino, hicimos la parada de rigor, para recoger a quienes viven cerca de la zona (ya en la provincia de Huesca) y tomar un breve desayuno mientras nos poníamos al día de los planes para la jornada. Nuevamente, nos pusimos en marcha y, al llegar a Orós, nuestros nervios fueron ya palpables. Cada vez íbamos hablando más, preguntando sobre el recorrido, los saltos, etc… Entonces, fue cuando conocimos a Dani, nuestro guía en el barranco y el encargado de darnos el material que nos haría falta (neopreno, arnés y casco).

 

Laura Moya probando el equipo de descenso en una paredNuestra impaciencia por comenzar nos hizo realizar la aproximación al Barranco Os Lucas a toda velocidad, ¡pese a que era cuesta arriba! Una vez en el inicio del barranco, nos colocamos el neopreno, arnés y casco y nos abrochamos bien nuestras botas de montaña pero, antes de empezar el descenso, escogimos una pared lateral para hacer un breve pero eficaz recordatorio de cómo rapelar manejando el ocho, cuerdas y mosquetones. Ahora sí, empezaba la aventura.

 

Iniciamos el barranco caminando por el cauce del río, donde tanto los guías como todos nosotros íbamos palpando el suelo con los pies, ya que el agua impedía ver las piedras del fondo y teníamos que ir salvando algún que otro escalón. Al poco de empezar llegamos a nuestro primer rapel y a nuestro esperado salto. Primero, preparamos las cuerdas y, mientras Dani, nuestro guía en el barranco, nos aseguraba desde arriba, Alberto nos esperaba en un saliente de la bajada, Luis nos aguardaba en la zona de salto y el otro Dani, nuestro voluntario, nos recogería en la poza de agua.

 

Uno de los miembros del equipo bajando por una cascada con la ayuda de un guíaFuimos escogiendo en qué orden íbamos a descender y repasando cuidadosamente los pasos más técnicos de esa primera bajada y así, nos dispusimos a bajar de uno en uno, primero rapelando por la cascada y, una vez que llegábamos a Luis, teniendo absoluta fe en su puntería para indicarnos hacia donde saltar. Unos tres o cuatro metros, pero… ¡qué tensión!

 

Recuerdo que mientras Luis me confirmaba que donde señalaba era lugar seguro y Alberto desde arriba me repetía: “como en el salto de longitud, ¡un paso y hacia arriba y adelante!”, mi cabeza solo pensaba: “cruzar los brazos, piernas ligeramente flexionadas y taparme la nariz, pero, ¿me va a dar tiempo a todo eso?”. Tan rápido flexioné las piernas que ¡menudo culetazo! Pero la verdad es que el salto nos llenó de energía, cuando llegábamos a la orilla después de nadar en la poza a la que habíamos caído no parábamos de comentar lo que habíamos sentido cada uno en el salto y de elucubrar con entusiasmo lo que encontraríamos en el resto del recorrido.

 

Continuamos descendiendo por el cauce del río y pasando por escalones que, en ocasiones, nos hacían poner culo al suelo para salvarlos con mayor seguridad y evitando resbalones. Mientras caminábamos nos acompañaba el olor a musgo, a piedra mojada y el sonido del agua formando ruidosos rápidos o suaves remansos y avanzando un poco más, llegamos… ¡al tobogán!

 

Laura descendiendo por el tobogán naturalAlgunos habíamos saltado en alguna que otra poza, pero ¿dejarnos resbalar en la piedra hasta llegar al agua? ¡Eso sí que era nuevo! Aquí no hacía falta ir asegurados con el ocho, las cuerdas y el arnés, sólo era necesario repasar la posición de seguridad para la bajada y disfrutar del viaje. Así que, primero, nuestro voluntario, Dani, nos esperaría en el agua para conducirnos a la orilla y, por último, los guías. Organizados ya, nos tiramos del tobogán de doce metros. Como no podía ser de otra forma, la concentración me duró el tiempo en el que me colocaba en la posición de bajada y me sujetaban por el arnés, después fue como volar. El deslizamiento era tan ligero que en el último tramo del tobogán mi cuerpo ya no rozaba la piedra y al instante, de lleno a la poza. En este punto a todos nos llegó el agua al cerebro, ya que era difícil advertir en qué momento debíamos soltar aire o taparnos la nariz, aun así, fue uno de los pasos más emocionantes del recorrido, una nueva sensación para todos.

 

Conforme íbamos avanzando por el cauce del río hacia el final del recorrido, íbamos comentando que se nos estaba haciendo muy corto… de hecho, a pocos pasos nos encontramos con nuestro último descenso, un rapel de 30 metros a la orilla de una impresionante cascada. Nuevamente los guías se colocaron en las posiciones estratégicas de la bajada: al inicio, dos puntos intermedios y al final, para irnos orientando en todo momento. Uno a uno fuimos rapelando: soltando poco a poco la cuerda, dando pasos hacia abajo en la pared vertical y siempre acompañados a nuestra izquierda por la cascada.

 

Laura descendiendo la cascadaMi descenso fue suave y relajado, me gustaba sentir la cascada tan cerca, incluso jugar a entrar en ella y que me mojase parcialmente. Me servía de referencia sonora en el camino y, al mismo tiempo, su sonido desprendía tranquilidad y cierto frescor, así que me lo tomé con calma. Cuando llegué a la última poza, donde Dani me guio hasta la orilla, me encontré con Jorge, que había sido el primero en realizar ese descenso, y allí hablamos de lo emocionante que había sido el recorrido y lo corto que se nos había hecho, además de la suerte que tuvimos de contar con cuatro guías que nos habían dado apoyo a cada uno de los afiliados en el recorrido, lo que es realmente importante en una actividad de montaña tan técnica.

 

Poco a poco nos reunimos en el final del Barranco Os Lucas y realizamos el trayecto de vuelta a Orós charlando sobre esta experiencia. La conclusión fue que nos encantó… los rapeles, el salto, el tobogán… todas las nuevas sensaciones que habíamos experimentado, pero, sobre todo, compartir una jornada tan agradable y divertida juntos. A nosotros se nos hizo muy corto, pero, la verdad es que llegamos tarde a que nos pudieran dar de comer en algún sitio, así que sacamos lo que llevábamos para picar y, a modo de improvisado picnic, nos comenzamos a ilusionar con las posibles nuevas salidas a la montaña. ¡Aquí tienes nuestra experiencia completa!

 

Hasta la próxima!

 

Laura Moya
Miembro del equipo de montaña ONCE Aragón

Categorias: Discapacidad Deporte

¿Te has planteado alguna vez como sería seguir un partido de baloncesto solo escuchando el sonido ambiente, sin ver nada? Complicado, ¿verdad? Pues así es cómo tenemos que hacerlo casi todas las personas ciegas o con discapacidad visual grave que queremos disfrutar de una tarde de básquet , o de cualquier otro deporte, con amigos o familia. 

La audiodescripción está ya muy extendida en ámbitos como el cine o el teatro, pero aún no ha llegado al deporte. Para una persona ciega, ir a un estadio de fútbol o a un pabellón de básquet es complicado y, a veces, un poco frustrante, pues es muy difícil seguir el encuentro sin ver nada y solo teniendo como referencia el ruido de la grada o las explicaciones que le dan sus acompañantes. 

Por suerte, cada vez son más los clubs y disciplinas que se dan cuenta de esta problemática e intentan ponerle remedio. Un ejemplo claro es el del Bàsquet Girona. Hace ya unos meses, el equipo presidido por Marc Gasol impulsó la audiodescripción en los partidos que disputaban en Fontajau, su estadio, para que los aficionados ciegos o con discapacidad visual pudieramos vivir el partido en vivo desde la cancha y en igualdad de condiciones que los demás asistentes. 

Aficionado al Bàsquet Girona en el estadio con el sistema de audiodescripciónTuve la suerte de ser uno de los encargados de ‘testear’ este sistema de audiodescripción. Un sistema que consiste en un auricular y la narración de la periodista Clara Vicenç. Vivir mi primer partido con audiodescripción fue muy bonito. Poder combinar la emoción de la grada, donde las cosas se viven con pasión, con el hecho de no perder detalle de lo que pasa en el campo, y poder entender la reacción de la gente, fue espectacular.

Como aficionado al baloncesto, ya había ido a ver partidos de básquet en otras ocasiones, y aunque siempre me lo he pasado bien, tenía que preguntar cada dos por tres que estaba pasando, quién había anotado, quien había hecho falta... entonces, era como tener parte de la experiencia, pero faltaba algo. Además, a mí me sabía mal tener que preguntar en cada jugada qué había pasado e intentaba intuirlo en función de las reacciones de la gente.

De esta forma, con la audiodescripciónnos da a todos los aficionados una independencia que, hasta el momento, no habíamos podido tener cuando asistiamos al estadio, ya que siempre teniamos que depender de las explicaciones o raciones de las demás personas allí presentes. 

Vivir y compartir deporte en igualdad de condiciones es señal de progreso e inclusión. Esta maravillosa iniciativa del Bàsquet Girona, la cual tuvo una excelente acogida, debería servir para que otros equipos, ya sean de básquet o de cualquier otro deporte, creen mecanismos para que las personas ciegas, sordociegas o con cualquier otro tipo de discapacidad podamos asistir a los estadios y disfrutar de los partidos como un aficionado más.

¡El deporte accesible nos hace iguales!

Albert Flamerich
Exjugador de baloncesto y afiliado a la ONCE

Categorias: Accesibilidad Ocio y cultura Autonomía Deporte
Como maestra especialista en Educación Física, todos los días me encuentro con la realidad de que los padres y madres de los niños ciegos o con discapacidad visual tienen dudas y hasta miedo a que sus hijos e hijas participen en las actividades físicas que proponemos. Es normal que les asalten todas esas inseguridades y, muchas veces, sean ellos -los padres- quienes más impedimentos pongan, aunque sus hijos estén normalmente ansiosos de hacer cosas nuevas y probarse a sí mismos. 
 
El otro día pude escuchar la conversación entre la madre de uno de los niños que ya tenemos en clase y una amiga. Y comprobé que, aún con los cursillos que hicimos con los padres y madres sobre la importancia y los beneficios que estos jóvenes pueden obtener gracias a la actividad física y la práctica del deporte, no terminaba de tenerlo claro…
 
Eva (madre de Brian): Los “profes” de educación física de la ONCE nos comentaron en un encuentro con padres la importancia del deporte para mejorar algunas cuestiones. Nos motivaron a inscribirlo en una escuela deportiva pero, al principio, no estábamos muy seguros.
 
María: ¿Y la orientación era alguna de esas cuestiones? ¿No te comentaron que debía mejorarla?
 
Eva: Sí, aunque en casa yo veo que se maneja muy bien. Y, fuera, ya sabes que siempre va con nosotros, ¡Es que no ve! ¿Cómo va a hacer todo eso?
 
María: Él tiene sus estrategias y sin duda buscará otras nuevas. Tienes que darle más autonomía¡ Además, los profes van a adaptar las actividades para todos, porque habrá otros niños que necesiten otras adaptaciones también, ¿no crees? ¡Confía en él y en los profesionales y, si tienes dudas, coméntaselas, así te quedas más tranquila!
 
Eva: Siempre hay dudas... Ya conoces a Brian, es introvertido…
 
Son reflexiones habituales que escuchamos casi a diario. Por eso, en el cursillo que impartimos a padres y madres, tratamos de demostrar lo que el deporte puede aportar a niños como Brian. A cualquier niño, la práctica deportiva le hace mejorar su calidad del sueño, fortalece sus huesos, ayuda a reducir el riesgo de padecer algunos tipos de diabetes u otras enfermedades respiratorias y cardíacas. Pero es que, además, para un niño con discapacidad visual o con ceguera total, puede ayudarle en muchísimas más cosas, especialmente en lo que más preocupa a los padres: su orientación, su movilidad y, con ellas, su autonomía personal.
 
Todos los niños tienen grandes dosis de energía y necesitan canalizarla de alguna forma, ¡qué mejor que a través del deporte! Además, uno de los aspectos que resaltábamos en el cursillo, era el aprendizaje que se pueden llevar para su día a día, para su inclusión en los entornos en los que les toca desarrollarse, no solo en casa.
 
Después del cursillo, la madre de Brian reconoció los avances de su hijo y destacó la mejora de la confianza que le ha generado conocer sus límites, sus posibilidades y uno de los valores que más importante nos parece para niños tímidos, abrirse con los demás y saber que, con esfuerzo, puede alcanzar lo que se proponga sin ningún límite.
 
Como habréis podido deducir, demasiadas veces (y es perfectamente entendible) son los propios padres quienes más miedo tienen a la hora de hacer cosas nuevas con sus hijos. Pero ¡para eso estamos nosotros! Para informarles, ofrecer técnicas y enseñanzas y hacerles ver cómo niños como Brian pueden evolucionar y ser cada vez más autónomos. Muchas veces yo les insisto en lo importante que es que les transmitan seguridad, que se animen a hacer todas las actividades que les propongamos, especialmente el deporte. Además, ahora que estamos cerca del verano, ¡qué mejor momento para aprovechar todas las opciones y salir a dar una caminata, nadar, o un paseo en tándem¡
 
Irene Gesto Dono, 
Maestra especialista en Educación Física
Centro de Recursos Educativos ONCE Pontevedra
Categorias: Discapacidad Servicios sociales Educación Ocio y cultura Autonomía Deporte

Quiero intentar compartir algunas de las sensaciones o experiencias en el Campeonato del Mundo de Duatlón de larga distancia, celebrado en Zofingen (Suiza), a los pies de los alpes… En total 12 kilómetros de carrera, 166 kilómetros de bicicleta en tándem y otros 34 de carrera. Nueve horas sin parar de competir!!!  Ha sido una experiencia diferente, donde debo destacar la preparación de esta edición; he tenido un poco más de margen para entrenar y hacer kilómetros en agosto junto a mi guía Darío Pérez (el año pasado solo tuvimos cinco días de entrenamiento juntos tras la lesión de mi anterior guía, Jesús Celada).

La prueba fue diferente, como todas, con mucho calor para la zona en la que nos encontrábamos. De hecho dicen que fue uno de los días más calurosos del verano en Suiza, con una temperatura de 27 grados. Tuvimos un recorrido duro, muy exigente, con dos puertos que tuvimos que pasar seis veces. Pero lo más duro de todo fue la última parte de la prueba, después de la bici, los últimos 34 kilómetros de carrera. La estrategia era llegar con la mayor energía posible, pero tuvimos algún problema digestivo, por el calor y por la alimentación. Cada prueba de este tipo es un mundo y poder estar ahí es un lujo impensable por lo que hay que preparar, entrenar y tratar de diseñar lo que tiene que suceder durante la prueba. Por eso, llegar a meta es casi un milagro.Fernando Riaño junto a su guía en tándem

Para mi lo más bonito es entrenar, prepararlo con compañeros. Se habla mucho de disfrutar de la carrera; yo la verdad es que pocas veces disfruto de la carrera porque es tan exigente y pasan tantas cosas que, a veces, cuando llegas a meta, a pesar de ganar, lo único que piensas es en no volver a pasar por determinados episodios que te han sucedido durante más de 9 horas de competición.

Me gustaría destacar la grandeza y generosidad de un compañero excelente, fuera de lo común, como es Darío Pérez, mi guía. Él obtuvo la mejor nota en matemáticas cuando hizo la selectividad, lo que le convierte en un fabuloso calculador de cada detalle, además de excelente ingeniero, lo que se nota a la hora de desarrollar la carrera en las trazadas o las curvas, así como en la planificación. Es una persona muy valiente; ya me lo demostró el año pasado en algún descenso de un puerto a 70 kilómetros por hora con el tándem y la carretera absolutamente empapada. Y en esta edición, soportando el enorme calor existente en la prueba.

Esa parte de motivación, de conocer auténticos “cracks” en los entrenamientos con los que preparamos distancias o transiciones es lo más importante de todo esto para mi. Intento disfrutar de ello y llegar lo mejor posible a la meta después de nueve largas horas, lo que me ha permitido ganar la medalla de oro por cuarta vez en esta prueba. Pero lo importante es llegar al final, casi un milagro. Y lo más bonito, entrenar para lograrlo.

Fernando Riaño
4 veces campeón del mundo de Duatlón

Categorias: Deporte
El deporte es una poderosa herramienta en la sociedad actual que contribuye a la mejora de la calidad de vida de todas las personas y que favorece aspectos como la salud física y mental, la interiorización de valores y el trabajo en equipo, para alcanzar los objetivos. En el caso de las personas con discapacidad sus beneficios se multiplican. En las personas con discapacidad visual, además, ayuda a mejorar la autonomía personal, tanto en las actividades de la vida cotidiana como a nivel de orientación y movilidad independiente; favorece las habilidades sociales; mejora la autoconfianza; y permite avanzar en la inclusión social al practicarlo en centros deportivos de forma inclusiva.
 
Por este motivo, desde la ONCE se fomenta entre las personas ciegas de todas las edades la práctica de actividad física y del deporte. Desde el ámbito de los servicios sociales especializados para personas afiliadas, se ofrecen múltiples actividades para que puedan ser desarrolladas por personas con ceguera o con deficiencia visual grave. En el caso del alumnado más joven, se han implantado las escuelas deportivas, el asesoramiento a los centros educativos para integrarle en las clases de educación física, apoyo y orientación a las familias y campamentos de verano. También se realizan talleres de deporte de base y de mantenimiento para todas las personas afiliadas a la ONCE y se organizan equipos para participar en las ligas de fútbol y goalball que organiza la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC); o se asesora a entidades externas en las que puedan integrarse. Y para aquellas personas que quieran desarrollar una carrera deportiva de alta competición y tengan aptitudes para ello, la FEDC les ofrece las oportunidades de entrenamiento y de competición que precisan.
 
Como complemento, en diciembre de 2019 se creó el Observatorio para la práctica deportiva y la actividad física en la ONCE, con el objetivo de fomentar el acercamiento de las personas afiliadas al deporte y a su práctica habitual, así como conocer sus necesidades y preferencias, con independencia del deporte que practiquen.
 
Consciente de esta importancia, la Comisión Europea definió en 2015 la Semana Europea del Deporte con el objetivo de combatir el sedentarismo y animar a la población europea a mantenerse activa en su vida cotidiana y este año se celebra entre el 23 y el 30 de septiembre. Además, el día 30 se celebra el Día Europeo del Deporte Escolar, que también se viene conmemorando desde 2015. En él, se trabaja con la población infantil en edad escolar para fomentar la actividad deportiva y transmitirle valores.
 
Desde el Observatorio se consideran especialmente importantes los valores que se transmiten durante la práctica deportiva, por ello, quiere sumarse a la celebración de la Semana Europea del Deporte y del Día Europeo del Deporte Escolar y promulgar la importancia de asumir y aplicar los valores en todas las actividades deportivas: talleres, escuelas deportivas, gimnasios, polideportivos, colegios, competiciones locales, nacionales o internacionales, ligas organizadas por la FEDC
 
Desde el Observatorio de la práctica deportiva y la actividad física en la ONCE, aprovechamos la relevancia del deporte durante la última semana de septiembre para recordar a todas las personas que practican deporte la importancia de hacerlo para disfrutar y, por tanto, con RESPETO A LAS PERSONAS, CUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS, TOLERANCIA, COMPAÑERISMO, RESPONSABILIDAD, HUMILDAD CUANDO SE GANA Y CUANDO NO, ESFUERZO, TRABAJO EN EQUIPO, AUTODISCIPLINA Y SUPERACIÓN.
 
Los valores son la mejor forma de disfrutar del deporte
Disfrutar del deporte nos llevará al éxito
¡¡¡¡¡BIEN POR EL JUEGO LIMPIO!!!!!
 
Extracto del Manifiesto del Observatorio de la Práctica Deportiva y la Actividad Física en la ONCE, emitido con motivo de la celebración de la Semana del Deporte y del Día Europeo del Deporte Escolar
 
Categorias: Deporte

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Acerca de la ONCE

El compromiso de la ONCE es hacer realidad las ilusiones de miles de personas con discapacidad y de sus familias. Y todo ello (educación, empleo, accesibilidad, nuevas tecnologías, ocio, deporte...) lo logramos gracias a la solidaridad de la sociedad española que, día a día, año tras año, confía en nosotros, acercándose a los vendedores de la Organización y al resto de establecimientos autorizados para la venta de nuestros productos, conocedores de nuestra labor, sabiendo que, si nos necesita, en la ONCE y su Fundación, estaremos a su lado.

Y todo ello lo hacemos con la garantía de ser la única marca en España con el sello de Juego Responsable, con las certificaciones nacionales e internacionales más severas, y que sólo la ONCE ha alcanzado en el ámbito del juego, un aval más de la integridad de nuestra gestión.

Para más información: www.once.es