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40 años de democracia y cambio generacional en la ONCE

Corría el mes de junio de 1977 y el día 15 se celebraban las primeras elecciones generales democráticas en España, tras la larga dictadura. Al año siguiente, se aprueba la Constitución y en 1979 se celebran las primeras elecciones locales. Con todo ello se inaugura y reinstaura el régimen democrático en nuestro país. Sin embargo, en aquellos días, la ONCE permanecía dirigida por el modelo autoritario del antiguo régimen y cuyo órgano de gobierno era el Consejo Superior de Ciegos que tenía como delegado al Jefe Nacional de la Organización y un sistema de gestión y un equipo directivo anclados en los principios y modos del régimen anterior.
 
Aquella jefatura nacional intentó una operación de maquillaje político a través de la elección de los llamados “compromisarios”, que intentaban ser una imitación de los entonces conocidos procuradores en Cortes. Aunque bastantes represenantes de la aristocracia administrativa y técnica se dejaron llevar y convencer, lo cierto es que aquella simulación se deshizo como un azucarillo en un vaso de agua. Afortunadamente, surgieron voces corales que coincidían en la necesidad de una verdadera democracia dentro de la ONCE.  
 
El germen de este espíritu democratizador estaba en grupos sindicales internos que se especializaron en defensa de los vendedores, de los administrativos o del profesorado, así como en un movimiento estudiantil de personas ciegas jóvenes imbuidas de ansias de cambio real por influencia de los aires universitarios.
 
Después de varios intentos infructuosos ante el Ministerio del que dependía la ONCE y debido al empuje y convicción de estos grupos internos luchadores, se convenció al Gobierno entonces de la Unión de Centro Democrático (UCD), para que se iniciara, también en la Organización, un proceso de democratización que se se lograría cuatro años después de la llegada de la democracia a España con la aprobación del Real Decreto 1041/1981, de 22 de mayo, que abrió las puertas a la celebración de elecciones democráticas auténticas. La contumaz resistencia del Ministerio a dictar la normativa electoral resultó ser tal y tan grande que fue en la propia sede de la ONCE donde se redactó el borrador de Orden Ministerial regulador del proceso electoral (29 de septiembre de 1981) que, con pequeños retoques, promulgó a regañadientes el Ministerio. De este modo se convocaron las primeras elecciones democráticas en la ONCE para el 19 de enero de 1982
 
El primer proceso electoral se celebró con normalidad, ilusión, gran participación y con la conciencia clara de que se estaba abriendo la puerta de una nueva etapa histórica de la ONCE. El 26 de abril de ese año se constituyó el primer Consejo General de la ONCE de la democracia, entonces con 15 miembros, con una composición plural que reflejaba el espíritu renovador y de modernización de la Organización que todos aquellos jóvenes vendedores, administrativos, profesores y estudiantes tanto anhelaron. Por fin, pasaban a asumir la gran responsabilidad de marcar el rumbo y adentrarse en el futuro de la nueva ONCE democrática. 
 
Fueron estos jóvenes inexpertos, pero llenos de nuevos conocimientos y enfoques, henchidos de ilusión, esperanza y amor a la Organización, los artífices de la ONCE moderna. Y el cambio generacional que protagonizaron se convirtió en la palanca que defendió los valores de siempre de unidad de los ciegos y a la vez arrostró todos los retos y oportunidades que permitieron el despliegue y solidez de la Organización de hoy, a la que tantas mujeres y hombres han ido contribuyendo desde entonces. Cumplimos este 19 de enero 40 años de democracia y cambio generacional en la ONCE.
 
 
Rafael de Lorenzo
Vicepresidente Primero del primer Consejo General democrático de 1982

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Y todo ello lo hacemos con la garantía de ser la única marca en España con el sello de Juego Responsable, con las certificaciones nacionales e internacionales más severas, y que sólo la ONCE ha alcanzado en el ámbito del juego, un aval más de la integridad de nuestra gestión.

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