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Cupones "a domicilio"

Me llamo Fernando y soy vendedor de la ONCE en Cuenca. Mi trabajo es especial porque soy vendedor en ruta. La venta en ruta es un trabajo que da muchas satisfacciones y tenemos la suerte quienes lo hacemos así que, aunque estamos en ruta, tenemos también nuestros sitios fijos y además, todos los días, conocemos gente nueva. ¿Qué por qué creo que es maravilloso? Pues porque cada día es algo nuevo.

Mi día a día empieza levantándome a las siete de la mañana y preparándome todo lo que me tengo que llevar... productos, el TVP, cargador... y ficho... ¡que se acuerde todo el mundo de fichar! Y aunque desayuno en mi casa, me gusta empezar tomando un café con un cliente que tiene un bar en la carretera, que ya, más que cliente, es un amigo. Y ahí comienza el día... es un sitio en el que paran muchos camioneros: algunos son clientes y otros son nuevos, y eso es bonito, porque hay veces que un camionero me dice “mírame este cupón que compré ayer en Sevilla”. Cuando me enseñan cupones de otros compañeros significa que compran nuestros productos en la otra punta de España, a sabiendas de que al día siguiente ese compañero tendrá que comprobar los míos. Siempre tienes la ilusión de que, aunque tú no des el premio, lo haga algún compañero y des una alegría a alguien. Desde el café me voy a San Clemente, que es un pueblo que tengo a unos 50 kilómetros de casa. Allí tengo un puesto fijo e intento vender lo máximo posible; más tarde voy a Pedroñeras y voy repartiendo la ilusión en algunos puntos. Y para terminar, me vuelvo al bar en el que he empezado para tomarme el café de la tarde.

Nosotros tenemos, entre otros muchos, clientes con una determinada edad, algunos con indisposición temporal... y por eso nosotros somos un servicio muy importante... ¡cuidado que les podemos hacer ricos, les solemos decir! Pero a mí lo que me hace ilusión y lo que me motiva es visitar a gente que te abre su casa de par en par y te tratan como si fueses un familiar... eso se puede decir en muy pocos trabajos.  Puede sonar un poco pretencioso, pero soy un símbolo de solidaridad y de amistad, porque hay gente que confía en ti para contarte algunas cosas y pedirte algunos recados que no se los pedirían a cualquiera. He llegado a apuntar los valores de la prueba de diabetes de los clientes más veteranos.

Pero, además, ¡me he convertido en el portador de noticias! Tengo la fortuna de que con mi discapacidad puedo ir a cualquier sitio; recuerdo cuando fue la tormenta de nieve Filomena, que yo era el que iba haciendo el carril del coche y la máquina iba poniendo la sal en la carretera justo delante de mí. Cuando llegué al pueblo... ¡había varios clientes esperándome y me pedían el parte meteorológico!¡Se fiaban más de mí que de la DGT y el tiempo! ¡Me convertí en el hombre del tiempo por un día! Pero al final... lo más importante es que somos ONCE, que somos el estandarte visible de todos los que formamos el Grupo Social ONCE y que ayudamos a tantas personas… Todos los vendedores tenemos que ser ejemplo y estandarte de lo que es la ONCE; porque la ONCE es lo más grande que se puede hacer por las personas ciegas y discapacitadas.

Muchas veces la gente nos pregunta, y esto es algo que les pasa a muchos compañeros “¿Y a ti qué te pasa? ¿Si tú no eres ciego?”. Y es bonito decirle: “No, la ONCE ayuda a todo el mundo que tiene una discapacidad”. Y entonces te preguntan cómo puede ayudarles la ONCE o la Fundación ONCE a ellos, a familiares o a amigos. Muchas veces yo he llamado a mi agencia de Cuenca para facilitar información a un cliente, o incluso, ayudar a compañeros a que se incorporen y sean vendedores de la ONCE. Digamos que yo he sido la “colchoneta” que tienen debajo y les he impulsado.

Llevo ya 6 años en la venta y tuve la suerte de empezar en un pueblo al que nadie había ido, en Las Mesas... y aunque parezca complicado, no es difícil porque vendemos ilusión... casi el 90% de la gente que nos compra sabe que no siempre toca, pero sabe también que le puede tocar a alguien y que está ayudando. Cuando vas a este tipo de pueblos, tan pequeños, que suelen ir a pueblos más grandes para comprar, al banco, al hospital... ellos compraban el cupón porque sabían que iban a colaborar, porque había veces que ni siquiera podían comprobarlo, y entonces, llegué yo, aunque creo que fueron ellos quienes quisieron tener un vendedor de la ONCE, porque me lo pusieron muy fácil y me acogieron.

Recuerdo con cariño mi primer día de trabajo... vino mi gestor comercial y tuve la suerte del principiante. Llegó mi primer cliente y el señor me dijo “hombre, ¿tú vas a venir a vender aquí? ¡Venga! Dame un número”, y yo, nervioso, corté un cupón y se lo di. Lo que yo no sabía es que él quería un número entero, los 55 cupones iguales, y recuerdo a mi gestor con las manos en la cabeza diciéndome, ¡dáselo de máquina!... Yo me puse nervioso y le di todo el cupón preimpreso que llevaba, y cuando se lo di, me contesto, “vale, ahora le haces caso al de las gafas y me sacas otro entero de máquina”. Hoy por hoy... todos los días libres me voy a almorzar con él y lo quiero como si fuese mi familia, y le estaré siempre agradecido, porque gracias a él, me di cuenta de que valía para la venta.

Eso es lo bonito de la ruta... que ayudas y que cada día conoces a gente que se puede convertir en un amigo para toda la vida.

Fernando López Manzanero
Vendedor de la ONCE, en ruta por Cuenca

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Acerca de la ONCE

El compromiso de la ONCE es hacer realidad las ilusiones de miles de personas con discapacidad y de sus familias. Y todo ello (educación, empleo, accesibilidad, nuevas tecnologías, ocio, deporte...) lo logramos gracias a la solidaridad de la sociedad española que, día a día, año tras año, confía en nosotros, acercándose a los vendedores de la Organización y al resto de establecimientos autorizados para la venta de nuestros productos, conocedores de nuestra labor, sabiendo que, si nos necesita, en la ONCE y su Fundación, estaremos a su lado.

Y todo ello lo hacemos con la garantía de ser la única marca en España con el sello de Juego Responsable, con las certificaciones nacionales e internacionales más severas, y que sólo la ONCE ha alcanzado en el ámbito del juego, un aval más de la integridad de nuestra gestión.

Para más información: www.once.es