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Aniversario Louis Braille

Braille: seis puntos que revolucionaron la vida de los ciegos

El 4 de enero se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Braille, fecha en la que se cumple el aniversario del nacimiento de su inventor, Louis Braille (1809-1852).

Antes de la aparición del sistema Braille, la Institución de Jóvenes Ciegos de París, donde estudiaba Louis Braille, así como otros lugares donde se trabajaba con personas ciegas, centraban la educación de los ciegos casi exclusivamente en la transmisión oral y repetitiva de los conocimientos. Los escasísimos libros existentes, que reproducían en grandes caracteres en relieve las letras en tinta, tan sólo permitían una lectura lenta y trabajosa. En 1821, este centro francés adoptó un sistema conocido como “sonografía”, sistema fonético de 12 puntos en relieve, ideado por el militar Charles Barbier con la intención de poder transmitir en la oscuridad órdenes a los soldados.

Esa sería la pista que sirvió a Louis Braille para crear el sistema actual, que cumple ya más de 200 años: redujo a seis el número de puntos (fácilmente perceptibles por la yema del dedo), y lo convirtió en un sistema alfabético, con el que los ciegos podían leer y escribir fácilmente, respetando la ortografía de las palabras.

Su progresiva instauración, a partir de 1840, fue adaptando el Braille a las diversas lenguas, y supuso un impulso fundamental para la educación y la cultura de las personas ciegas en el mundo, que les hizo pasar de la prehistoria a la actualidad, a golpe de tacto.

Así nació el conocido como “Braille literal”, que está formado por seis puntos en relieve (al modelo de un dado de dos por tres puntos), que permite combinar hasta 64 signos diferentes. Para facilitar su uso, el sistema utiliza, por ejemplo, los mismos puntos para minúsculas y mayúsculas, o para las diez primeras letras del alfabeto y los números, anteponiendo símbolos especiales para diferenciarlos.

El Braille y la revolución tecnológica

La revolución tecnológica e informática de las últimas décadas del siglo XX simplificaron y abarataron las tareas de edición e impresión de libros y revistas en Braille, a la vez que el sistema de lectoescritura se adaptaba a las exigencias de los nuevos entornos gráficos y de las pantallas de los ordenadores. Nació así un braille informático especial, de ocho puntos, que aumenta a 256 los símbolos diferentes, y que se ha integrado en los visores braille que permiten a los ciegos la lectura de las pantallas de los ordenadores, tabletas o móviles.

Todo esto ha influido en una mayor presencia del Braille que ha permitido su incorporación a un creciente número de disciplinas: a la informática, las matemáticas, la química, la física, la fonética, etc.

Consciente de este reto, hace treinta años, la ONCE creó la Comisión Braille Española (CBE), para adaptar y modernizar el Sistema Braille del español y fomentar su utilización en cada vez más entornos diferentes.

El empleo de las nuevas tecnologías y una mayor conciencia social de empresas e instituciones están ayudando a que el Sistema Braille tenga una creciente presencia fuera de los entornos educativos o culturales. Así, cada vez es más frecuente el etiquetado en braille de medicamentos, productos de alimentación o de limpieza; la transcripción de catálogos, menús de restaurantes, la instalación de planos en relieve o la incorporación de señales braille en ascensores, electrodomésticos, cajeros automáticos o medios de pago, entre otros.

Los seis puntos en relieve supusieron para los ciegos un avance al mismo nivel del que supondría la imprenta para el resto de la humanidad. El acceso independiente a la información supone la mayor inclusión nunca lograda y abre la puerta además a colectivos con dificultades muy grandes de comunicación, como las personas sordociegas.

¡Gracias, Louis Braille!

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El compromiso de la ONCE es hacer realidad las ilusiones de miles de personas con discapacidad y de sus familias. Y todo ello (educación, empleo, accesibilidad, nuevas tecnologías, ocio, deporte...) lo logramos gracias a la solidaridad de la sociedad española que, día a día, año tras año, confía en nosotros, acercándose a los vendedores de la Organización y al resto de establecimientos autorizados para la venta de nuestros productos, conocedores de nuestra labor, sabiendo que, si nos necesita, en la ONCE y su Fundación, estaremos a su lado.

Y todo ello lo hacemos con la garantía de ser la única marca en España con el sello de Juego Responsable, con las certificaciones nacionales e internacionales más severas, y que sólo la ONCE ha alcanzado en el ámbito del juego, un aval más de la integridad de nuestra gestión.

Para más información: www.once.es