Las castañuelas tocadas a ciegas que alegran Nueva York

28 / August / 2025
Bárbara Martín, junto a las demás integrantes, tocando las castañuelas en el Carnegie Hall de Nueva York

Soy granadina y, aunque lo de bailar flamenco o bailes regionales no ha sido nunca lo mío, las castañuelas siempre me gustaron. Son el sonido de la alegría y, si algo soy yo, es alegre, así que, a buen entendedor, pocas palabras bastan.

¡Quién me iba a decir a mí que tocaría las castañuelas con partituras en el mismísimo Carnegie Hall de Nueva York! La canción que dice “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” es la clave, y la culpable de tan excepcional experiencia es Teresa Laiz, compositora y virtuosa concertista de castañuelas reconocida internacionalmente.

La vida me llevó a contactar con ella y mi discapacidad visual, no haber visto una partitura para castañuelas en mi vida y no haberlas tocado nunca, no le frenaron para animarme a probar, y así lo hice. A día de hoy, una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

Todo lo fácil que parecen no es más que una ilusión, porque tocarlas es muy difícil. Se necesita tener mucha agilidad en los dedos de ambas manos, coordinar los movimientos, tocar matizando bien, deprisa, despacio y hacerlo a tiempo, respetando los apreciados silencios, claro.

Mimebros del coro de castañuelas de Madrid en Nueva York ¡Meses pasaron hasta que me sonó la primera carretilla!, el famoso riá, y encontrar la forma de ver mejor las partituras con mi escasa visión; pero, con la paciencia de Teresa, en su faceta de profesora vocacional, mi empeño, horas de estudio, tuneo de las partituras para que pudiera verlas y mi entusiasmo…, los avances no se hicieron esperar, y se empezaron a ver y oír en los escenarios durante conciertos de fin de curso o Navidad.

En 2024, entonces ya miembro del Coro de Castañuelas de Madrid dirigido por Teresa Laiz, surgió la oportunidad de ir al Carnegie Hall de Nueva York y, sin dudarlo, acepté el reto. Recuerdo mi emoción por oír el sonido de las castañuelas y sentir la luz, vital para mi, en tan prestigioso lugar.

Cuando entré en el escenario no daba crédito, la luz era blanca, potente, uniforme, sin sombras... ¡Increíble! Al terminar la actuación, y en milésimas de segundo, mi pensamiento fue: “¿Cómo la vida me ha traído aquí, lugar de culto de músicos que sueñan con venir y no lo logran?, ¡mamá, va por ti!”. A ella también le gustaban las castañuelas, a ella siempre la tengo presente, y en ese instante de máxima felicidad, más aún.

Y la vida, que, de nuevo, decide sorprenderme, casualmente o causalmente, a través de Teresa Laiz, que donó a la ONCE una de sus composiciones de castañuelas para ser transcrita al braille por primera vez, me ofreció la posibilidad de volver al Carnegie Hall hace unas semanas, el 30 de junio de 2025, y allá que fui.

Momento de la actuación del coro de castañuelas de Madrid en el escenario Dicen que “segundas partes nunca fueron buenas”, pero es que esta no era segunda parte de nada, ni por las personas que íbamos ni por lo que interpretaríamos ni por cómo lo afrontaba yo. Un año más de experiencia y volver al escenario por excelencia me daba mucha tranquilidad a pesar de la mayor responsabilidad que suponía.

Nunca se sabe, y con el devenir de la vida menos aún, pero, hoy por hoy, no cuento con una tercera carambola que me rebote a Nueva York. Con lo que sí cuento en mi haber es con el orgullo de haber podido hacer sonar mis alegres castañuelas de madera en el Carnegie Hall, demostrando, una vez más, que “querer es poder”, aunque ver poco y mal no ayuda —pero tampoco impide— a hacer lo que a una le apasiona, y más cuando de música se trata.

El violín, el piano o la guitarra solos o en orquesta suenan de maravilla, pero si les acompañan unas castañuelas de concierto, el resultado es simplemente espectacular, sorprendente, emocionante y diferente. Podrán gustar o no, pero lo que no se debe hacer es prejuzgar. Hacerlo es privarse de sentir emociones desconocidas y eso sería una pena, lo que las castañuelas no transmiten.

¡Vivan las castañuelas de concierto!

Bárbara Martín con el fondo del escenario del Carnegie Hall de Nueva York
Bárbara Martín

Concertista de castañuelas 
Vicepresidenta de la Unión Europea de Ciegos (EBU)

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