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La primera partitura de castañuelas transcrita al Braille: Un paso más hacia la inclusión y difusión cultural

¿Quién me diría a mí que una de mis partituras se transcribiría a braille? Y, sobre todo, qué mi partitura fuera la primera partitura en braille de castañuelas… Me hace muchísima ilusión, no sólo por ser la primera sino por ampliar los horizontes que pueden alcanzar las Castañuelas de Concierto, siendo en este caso accesibles a las personas ciegas. Gracias al Tratado de Marrakech, contribuye con ello, no sólo a su inclusión, sino a la difusión de la cultura e instrumento tan español en cualquier lugar del mundo.
Cuando compuse la partitura de castañuelas ORCHESTRAL SUITE Nº 2 IN B MINOR, BWV 1067: VII Badinerie de Bach en el año 2014, nunca imaginé el recorrido tan particular que tendría.
Se trata de una composición relativamente sencilla, aunque hay que saber leerla e interpretar sus diferentes partes y componentes para poder tocarla con las castañuelas, porque aunque tiene negras, corcheas, semicorcheas y silencios fácilmente reconocibles, también tiene posticeos y carretillas, toques exclusivos de las castañuelas no tan conocidos por los ajenos a este instrumento. Mi intención al escribirla fue aunar y concentrar en una sola partitura toques y ritmos desde un nivel inicial al nivel elemental, con una música bonita y animada ideal para cursillos intensivos. Me pareció la más adecuada para donar a la ONCE en primera instancia porque abarca un gran espectro de cuestiones rítmicas y técnicas, a la vez que resulta muy motivadora para el estudio y disfrute al tocarla.
Se dice que la música es un lenguaje universal. Y es verdad, da igual en la parte del mundo en la que uno se encuentre que la música, sea del tipo que sea, se reconoce, se siente, se disfruta y se interpreta según el estado de ánimo, el entorno y la compañía. Bárbara me comentó que el braille no es igual en todos los idiomas, pero sí lo es cuando de la música se trata, es decir, que si la música es un lenguaje universal, el braille en la música, también. A mí esto me llamó muchísimo la atención porque fue cuando me di cuenta de cómo las personas ciegas leen la música y cuán difícil es para ellas, no sólo componer, sino también aprenderse la obra de memoria, ya que necesitan las manos para leer la partitura y para tocarla. No es como lo hacemos quienes vemos, que simultaneamos la lectura de la partitura mientras la tocamos. Es un proceso mucho más lento, pero no por ello de menor calidad, y si no, que se lo digan a Joaquín Rodrigo, Ray Charles, Ignasi Terrasa (a quien tengo el gusto de conocer personalmente), Steve Wonder o ¡al propio Luis Braille, quien lo diseñó hace ya casi 200 años!
Nunca se sabe, quizás esta partitura sea la primera de muchas por ceder a la ONCE.
Compositora y concertista de castañuelas